La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Sol y sombra

La vida es un 155

El modo de ganar tiempo perdiéndolo en vez de formar un Govern legal

Tras el aplazamiento sine die de la investidura catalana, Puigdemont ha asegurado que no hay otro candidato posible. No deja de ser paradójico o parajódico que Torrent, que ha insistido en que ni Soraya Sáenz de Santamaría ni el Tribunal Constitucional decidirán quién tiene que ser el presidente de la Generalitat, sea el mismo en impedir el restablecimiento de la autonomía permitiendo, en cambio, que el control siga en manos de Rajoy. La vida, por lo que se ve, es un 155.

El Rey cumplió 50 años con la obsesión de que la Constitución del 78, con las estrictas atribuciones que le confiere, es el modelo único que sostiene su reinado. Sin ella es la intemperie. Por eso, salió a defenderla en octubre frente a un presidente desleal declarado en rebelión que no ve otra alternativa a la suya como candidato, incluso después de haber quedado en segundo lugar en las elecciones pasadas. No es difícil perder la paciencia con un sujeto así, pero lo primero es mantener la calma y no ponerse nerviosos.

Lo que ha hecho Torrent, mientras tanto, es ganar tiempo perdiéndolo en vez de aceptar constituir un Govern legal sin Puigdemont al frente. Demostrarles así a los nacionalistas que ha agotado todas las posibilidades habidas y por haber antes de aprovechar la oportunidad que la aritmética brinda al independentismo de recuperar la autonomía por medio de la suma de los escaños, aún sin haberse impuesto en las urnas. El candidato "exclusivo" de Bruselas no sólo se dedica ya a hacer el ridículo en detrimento de Cataluña, también se ha propuesto quebrar la unidad entre el secesionismo. Todo este asunto no sabemos cómo acabará, pero seguramente nada bien.

Compartir el artículo

stats