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Sol y sombra

ZP confía en Maduro

El expresidente anima a la oposición venezolana a plegarse al régimen

Quien mal empieza, peor acaba. José Luis Rodríguez Zapatero demostró ser como presidente del Gobierno un auténtico desastre. Su paso por la política supuso un castigo para este país que, en muchos aspectos, todavía estamos sufriendo. Gracias a él, que los invitó gentilmente a plantear el estatuto que más les conviniese para ser aprobado en el Parlamento, los nacionalistas catalanes emprendieron la senda inconstitucional hasta llegar a proponerse la secesión. Mintió al asegurar que no negociaba con ETA y auguró el fin de la violencia un día antes de que los terroristas volaran la terminal 4 del aeropuerto de Barajas; prometió el pleno empleo, un espectacular crecimiento y como resultado obtuvo más de 5 millones de desempleados y la destrucción del tejido productivo; negó la existencia de la crisis en vísperas de las elecciones de 2008, causando daños a la economía al retrasarse las primeras medidas para hacerle frente. Podríamos seguir citando ad infinitum.

Las pocas luces que ha emitido en las dos legislaturas en las que estuvo al frente coinciden con su escasa visión de la política exterior. En su papel de mediador con Venezuela, que lleva desempeñando durante dos años sin mayor éxito, exhortó ayer a la oposición a asumir las exigencias del régimen y la convocaoria de elecciones presidenciales impuesta por Maduro, frente a la que todos los gobiernos del mundo libre mantienen serias reservas. Zapatero, no. Zapatero, consciente o inconsciente de la represión, lo tiene claro. Sostiene que el gobierno venezolano se ha comprometido a "cumplir escrupulosamente lo acordado". Igual que podría haberlo dicho la cupera Ana Gabriel. Qué calamidad.

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