Entre los asuntos de notable relevancia para la ciudadanía de Gijón que se discutieron ayer en el Pleno del Ayuntamiento destacaron cinco: proposición del Grupo Popular sobre la prisión permanente revisable; proposición de Xixón Sí Puede sobre pensiones; propuesta presentada por Foro sobre un plan del fomento de la natalidad; proposición de Xixón Sí Puede en apoyo de la huelga de mujeres del 8 de marzo y otra de Ciudadanos sobre actos para celebrar el 40.º aniversario de la Constitución. Temas todos, como puede comprobar el lector, de enorme interés para el día a día de esta ciudad, cuya clase política parece más preocupada por convertir la sede consistorial en las oficinas de Foreign Office (léanse los casos del sorprendente boicot a Israel o las mociones de apoyo a la causa árabe) que en gestionar los asuntos más acuciantes que ocupan y preocupan a los gijoneses. Por un decir: qué pasa con las ayudas a la rehabilitación de fachadas, cuándo vamos a ver el inicio de las obras del plan de vías, por qué se eternizan las chapuzas en Marqués de San Esteban o qué grupos musicales van a engrosar el programa festivo de Begoña...
En un Gijón en permanente alerta contra la contaminación, con una alarmante falta de perspectivas para los más jóvenes en un municipio que avanza a paso ligero hacia la conversión en un geriátrico, los ciudadanos esperan de sus representantes políticos solución a los problemas cotidianos, no el empecinamiento en discutir en los plenos asuntos que trascienden las fronteras locales. No olviden que son ustedes concejales, señores, no miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ni ministros con asiento en el gabinete de Moncloa.
