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Sol y sombra

Una guerra mal planteada

El enfrentamiento y el tacticismo dan respiro a los nacionalistas

En tiempos de guerra aprobar los presupuestos generales del Estado no es, al parecer, una prioridad. En periodos de paz, puede. Ahora no. Por eso Montoro ha explicado que el asunto no es tan trascendente como parece y que con prórrogas y decretos se irá solucionando de manera coyuntural. Ahora bien si no era importante por qué el cupo vasco se consideraba clave para sacar adelante el concierto presupuestario. ¿Por qué se consumó de la manera en que se consumó el agravio financiero para contentar a los nacionalistas vascos que se han desentendido de cualquier responsabilidad por miedo a Bildu?

La guerra contra los nacionalismos sólo se ganará con los partidos constitucionalistas actuando de manera decidida y sin complejos. No postrados de manera mezquina en función del tacticismo y de lo que rezuman los sondeos electorales. Ciudadanos, que denunciaba el cuponazo vasco y confirmaba su compromiso con el Estado, ha optado ahora por una lucha abierta cuerpo a cuerpo con el Partido Popular. El Partido Popular hace lo propio con Ciudadanos. Y el PSOE, lastrado por sus complejos de siempre, se muestra contrario a aplicar el artículo 155 para reponer el castellano en Cataluña. Como si hacerlo fuera contrario a restablecer un derecho y a que se cumpla la ley después de 30 años de inmersión lingüística tolerada por los sucesivos gobiernos de España pese a los pronunciamientos constitucionales en contra.

Este país tiene menos arreglo que nunca debido a que la respuesta al nacionalismo es la desunión de quienes deberían hacer lo posible por reducirlo. Empezando por el propio Gobierno.

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