Permanecer demasiado tiempo en ambientes poco iluminados puede disminuir las capacidades cognitivas. En ratas que estuvieron cuatro semanas en un habitáculo con poca luz se redujo un 30% la capacidad del hipocampo, una región cerebral crítica para el aprendizaje y la memoria. Como consecuencia disminuyó su rendimiento en una tarea para la que habían sido entrenadas previamente. La exposición prolongada a una iluminación débil reduce el denominado "factor neurotrófico derivado del cerebro" (BDNF), un factor de crecimiento que estimula la neurogénesis o generación de nuevas neuronas y el crecimiento de las espinas dendríticas, necesarias para las sinapsis o conexiones entre las neuronas. Al existir menos conexiones la capacidad de recordar y el aprendizaje se ven mermados.
