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Sol y sombra

El birrete de Napoleón

La ruptura indepe deja a la vista los objetivos reales de sus dirigentes

La ruptura de los independentistas está dejando en evidencia las verdaderas intenciones de los dirigentes del procés. Puigdemont, para hacerse a un lado y desbloquear las instituciones catalanas, quiere una fundación en Waterloo con sueldo de expresidente y escolta, para proseguir con la internalización del conflicto y comiendo la sopa boba a costa del contribuyente. Jordi Sánchez, Turull y Artadi aspiran a turnarse en la presidencia de la Generalitat. El tercer objetivo del JxCat es la conselleria de la pela, y el cuarto que Sanidad siga en manos de Comín, otro de los prófugos.

ERC persigue la presidencia y la portavocía para Junqueras, el control de TV3 y de Economía, que también reclama JxCat. Y junto a ello el Patronato de Montserrat, es decir el poder abacial y La Moreneta. La Mare de Deus.

El resultado electoral en Cataluña ha traido como concuencia un engolfamiento aún mayor de sus políticos que elevaban a los cielos como aspiración fingida la republiqueta mientras que sus objetivos primordiales son otros. Puigdemont tensa la cuerda sabiendo que aún tiene margen para hacerlo y que ERC no se ha atrevido hasta ahora a enfrentarse a él proponiéndose como alternativa para no dar la imagen de que se baja del barco de los locos. El inquilino de Waterloo, mientras tanto, amenaza con nuevas elecciones a las que concurriría bien con el birrete de Napoleón o con un embudo de sombrero.

Esta es la espuma de los intereses particulares y partidistas que los catalanes tendrían que percibir si es que en realidad tienen que volver de nuevo a las urnas para pronunciarse sobre este desquiciante asunto tan perjudicial para Cataluña.

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