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Millas

El trasluz

Juan José Millás

Sindiós

Es el contexto, idiota. Urdangarín (o Undargarín, ahora no caigo) paseando tranquilamente por los alrededores del lago, en Suiza, es contexto. La Púnica, Lezo, Camps, Cotino, el metro de Valencia, la visita del Papa, Esperanza Aguirre, Granados, Ignacio González, la señora Cifuentes, aunque también la señora Cospedal y su esposo, y M. Rajoy, todo eso es el contexto en el que chapoteamos. Pero no acaba ahí. También El Bigotes, pavoneándose frente a sus señorías en la mismísima sede de la representación popular, es contexto puro y duro. Es Zoido diciendo cualquier disparate en la tele. Es Montoro eructando en la radio. Es un ex de Lehmans Brothers ocupando la vicepresidencia del BCE. Es el ministro de Exteriores hablando del "milagro económico español". Es Rafael Hernando escupiendo de lado sus mentiras en las ruedas de prensa del PP. Es el pobre Maíllo, el inverosímil Maroto, el sonriente Casado. Es la ministra Tejerina. Es el ministro de Cultura y el de Fomento. Es Bárcenas con su abrigo cortado a bisturí sonriendo sibilinamente ante las cámaras. Es el millón de euros en un altillo de los suegros, es el volquete de putas. Es la justicia funcionando como la luz intermitente de los coches: ahora sí, ahora no (ahora somos independientes del Ejecutivo, ahora somos su correa de transmisión). Son los dos euros de subida de las pensiones y la carta insultante de Báñez que suele acompañar a la noticia. Es la brecha salarial entre los hombres y las mujeres, o entre los pobres y los ricos. Son las consecuencias, ahora evidentes, de la Reforma Laboral y de la Ley Mordaza.

He ahí un resumen del contexto, amigo. El contexto entero no cabe aquí ni allí, no tiene edad ni porvenir. Pero entonces, si todo es contexto, ¿dónde está el texto? El texto no está, se ahogó en esa crecida del contexto. Ni sus zapatos seríamos capaces de rescatar entre las aguas fecales de la riada. Ahora bien, un contexto sin texto es como un concurso sin curso, como un cónclave si clave, como una contracurva sin curva o como una compuerta sin puerta. Pero también como una condolencia sin dolencia, un consentido sin sentido, una contracultura sin cultura o una contracubierta sin cubierta. Un contexto sin texto, digámoslo rápido, es un sindiós.

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