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Tino Pertierra

Sólo será un minuto

Tino Pertierra

Aprendiendo a volar

Raquel: "La mayoría de los padres que conozco tienen muy clara su misión en los primeros años de vida de sus hijos: quieren hacerlos aterrizar si se dan demasiada prisa en despegar. Esto es, protegerlos, rodearlos de precauciones, cubrirlos de normas, reglas y suspicacias, someterlos a las obligaciones que impone una sociedad donde son más importantes los deberes que el aprendizaje y tiene mejor prensa la disciplina a ultranza que la experiencia que educa desde la diversión, desde el entretenimiento lúcido y enriquecedor que fortalece la voluntad de saciar la curiosidad y mantener lejos la rutina y el vasallaje intelectual: la uniformidad de las aulas sin rebeldes que encuentren más argumentos que doctrina.

Yo quiero que vuelen. Ojo, no soy una imprudente que los lanza al aire sin haberlos preparado antes y les explica lo importante que es encontrar la bandada correcta, sin compañías carroñeras, pero tampoco me dejo dominar por el pánico escénico que impide a muchos padres abrir las puertas de la jaula aunque ya haya indicios de que sus inquilinos están preparados para abandonarlas. Poco a poco, sin sobresaltos ni imposiciones. Con cierta melancolía pero sin grilletes sentimentales. Naturalmente, antes de ese movimiento de liberación hay otros: darles la oportunidad de cometer errores sin condenarlos en exceso, confiar lo suficiente para que no se sientan acobardados frente a las experiencias insólitas, mantener una vigilancia prudente que excluya controles agobiantes pero que sea lo suficientemente cercana para agarrarlos si caminan hacia el abismo. Y, sobre todo, abrirles los ojos a un mundo donde el placer no se obtenga a partir del embrutecimiento, donde rebeldía no se confunda con hostilidad gratuita, donde el conocimiento no llegue de la mano del desconcierto ante sensaciones y emociones que llegan de improviso, sin avisar ni pedir permiso. Donde intenten comprender a los demás para comprenderse a sí mismos. Que sepan que ahí fuera hay turbulencias, tormentas inesperadas, disparos feroces, lugares hostiles. Pero que aprendan a volar alto sin mirar hacia abajo".

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