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Caminos de Santiago en Asturias

Las rutas jacobeas y su conexión con otras sendas como importante factor de desarrollo para la zona rural de la región

En agosto de 2007 comencé en Oviedo el Camino Primitivo con la intención de llegar a Compostela, pero un inoportuno accidente hizo que abandonase el recorrido en el pueblo de La Mesa (Allande). Años más tarde, en julio de 2016, completé las etapas que me faltaban para llegar a Santiago. Por otra parte, el pasado septiembre recorrí el Camino Portugués por la costa desde Oporto hasta Santiago. De estas experiencias de caminante hacia Compostela, lo que he observado en las aldeas y ciudades gallegas por las que he pasado me confirma mi vieja idea de que las rutas jacobeas pueden ser un importante factor de desarrollo -como lo fueron durante siglos-, para las zonas rurales de Asturias. Y ello me ha impulsado a escribir estas notas, con el ánimo de aportar algunas cuestiones al debate de la promoción del Camino de Santiago en nuestra región.

En primer lugar, y para tener una referencia del fenómeno del peregrinaje a Compostela, veamos las cifras que ofrece la Oficina de Acogida al Peregrino. En el año 2017 se registró la llegada de 301.036 peregrinos a Santiago, siendo el llamado Camino Francés el que acaparó el mayor número de caminantes, con casi 181.000 peregrinos (un 60 por ciento del total); en segundo lugar se sitúa el Camino Portugués-Interior, que supera ligeramente los 59.000 romeros (un 20 por ciento). El tercer lugar lo ocupa el Camino del Norte (que atraviesa Asturias por la costa) con casi 18.000 peregrinos (un 6 por ciento), situándose en cuarto lugar el Camino Primitivo, con 13.684 peregrinos (un 4,5 por ciento). El resto de los Caminos (Camino Inglés, Vía de la Plata, Camino Portugués-Costa, Muxía-Finisterre, Camino de Invierno, Camino Sanabrés y otros) suman un total de 29.500 peregrinos (un 10 por ciento).

Por otra parte, según algunas fuentes, por los diferentes caminos que atraviesan Asturias (Primitivo, Norte-Costa y El Salvador) han pasado en 2017 unos 30.000 peregrinos con destino a Santiago. Estos caminos discurren en nuestra región por 550 kilómetros de sendas que atraviesan 34 concejos, que suman el 40 por ciento de la superficie asturiana.

Con toda seguridad, y al igual que ha venido ocurriendo a lo largo de los últimos años, el número de peregrinos va a seguir aumentando y sobre todo teniendo en cuenta que el próximo Año Santo jacobeo está a la vuelta de la esquina: será en 2021. Teniendo en cuenta que muchos tramos del Camino Francés presentan ya una excesiva aglomeración de peregrinos, la promoción de itinerarios alternativos puede ser una gran oportunidad para nuestro Camino Primitivo, alabado por sus singulares paisajes de montaña, y también para el Camino de la Costa.

En relación con el Camino que va próximo al litoral asturiano, en algunas zonas se ha hecho coincidir su trazado con la antigua carretera nacional de la costa, y dado que el asfalto y el tráfico son los principales adversarios del caminante, habría que ofrecer como itinerario alternativo las espléndidas sendas costeras que existen por esos lugares, cosa que al parecer se está haciendo en algunos lugares del País Vasco. Frente a las posturas dogmáticas que se empeñan en que el camino debe ir por un determinado itinerario, debería tenerse muy presente lo que decía Juan Uría en su famoso y documentado trabajo sobre las peregrinaciones a Santiago y San Salvador: "que era imposible señalar una ruta precisa y única para las peregrinaciones, pues no la hubo ni aún para trayectos relativamente cortos". A lo largo de la historia las rutas seguidas por los peregrinos han ido cambiando, algunas se acabaron convirtiendo en carreteras y otras simplemente fueron abandonadas con el paso del tiempo.

Y bajo esa premisa, Asturias debería aprovechar el fenómeno de la peregrinación a Compostela para integrar su red de rutas costeras y de antiguos caminos reales en las que el peregrino pueda disfrutar de los bellos paisajes asturianos fuera de la incomodidad que supone caminar por las carreteras, tengan más o menos tráfico. En ese sentido habría que considerar las posibles interconexiones entre los diferentes caminos a su paso por Asturias. Actualmente existen tres: el enlace del Camino del Norte con el Primitivo (Villaviciosa-Oviedo), el del Camino Francés con el Primitivo (Arbás del Puerto-Oviedo) y el del Camino Primitivo con el de la Costa (Oviedo-Avilés). Pues bien, se podría ofrecer a los peregrinos alternativas de sendas que recuperasen antiguos itinerarios del camino por la parte occidental de la región y que sólo precisan de una información y señalización adecuada (la famosa y útil flecha amarilla). A título de ejemplo se relacionan tres posibles interconexiones. La primera supondría conectar el Camino del Norte en Muros de Nalón con el Camino Primitivo en Cornellana, que seguiría el trazado del ramal del Camín Real de la Mesa por las riberas de los ríos Nalón y Narcea. La segunda uniría el Camino Primitivo desde Salas con el Camino de la Costa en Canero, siguiendo el itinerario que pasa por Ardesaldo, Venta de las Gallinas y Faedo del Hospital, utilizado durante siglos por los peregrinos y demandada su recuperación por diferentes asociaciones de los concejos de Salas y Valdés. La tercera interconexión supondría unir el Camino Francés desde tierras leonesas con el Camino Primitivo en Cornellana, atravesando los concejos de Somiedo y Belmonte de Miranda, recuperando el itinerario conocido por los lugareños como Camín Francés. Con estas interconexiones -y otras que se pudieran arbitrar, pues el Occidente de Asturias es muy extenso- se haría realidad la frase que figura en la web de Turismo Asturias: "Todos los caminos conducen a Santiago". Y a este respecto, ya se ofrecen algunas alternativas para realizar ciertas etapas en la excelente página web de LA NUEVA ESPAÑA sobre los Caminos del Norte: la ruta de Hospitales frente la vía por Pola de Allande, o la sierra de Las Palancas versus la ruta de las Ballotas, en el concejo de Cudillero, por coger sólo dos ejemplos. Con una amplia y adecuada información -sobre todo si está disponible en la red- el peregrino es el que debe decidir qué itinerario va seguir en función de sus aptitudes físicas y el tiempo y los recursos disponibles.

En definitiva, se trataría de realizar una amplia oferta de itinerarios a los peregrinos que suponga una puesta en valor de nuestros atractivos rurales y del importante patrimonio histórico y cultural de estas zonas, teniendo en cuenta que el Camino, además de la mochila y el albergue para llegar a Santiago de "un tirón", se puede hacer también con más calma y de forma discontinua: por etapas, en fines de semana, alternando etapas de caminante con trayectos en tren (Feve es utilizado por algunos peregrinos para desplazarse hacia ciertos lugares). Habría que ver qué servicios demanda este tipo de peregrinos que desea realizar un "camino lento", y en esa línea parece orientarse la estrategia de la patronal asturiana de turismo para ofrecer unos servicios exclusivos y novedosos a los peregrinos, y a la que parece van a sumarse otros establecimientos de Cantabria, País Vasco y Galicia.

Esperemos que las ochenta medidas previstas en el Libro Blanco del Camino de Santiago, presentando por el gobierno regional en noviembre de 2016, sirvan para que Asturias sea capaz de recibir adecuadamente a una cuota creciente de peregrinos, a los que les quede un buen recuerdo del paso por estas tierras, y que ello haga que una gran parte de los mismos regresen posteriormente a visitarnos como turistas.

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