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Gastrónomo

Vicente ya ofrece sidra en el cielo

Los ahora viejos del lugar, cuando éramos jóvenes, disfrutábamos en aquel Oviedo "de entonces" en algunos bares y sidrerías emblemáticos que , por la calidad del producto y la simpatía humana de sus dueños, eran paradigma del buen comer y del buen beber ovetenses.-

¿Quién no recuerda, pongamos por caso, los vinos y pinchos de "quesu acabraliegau" que servían en el "Venecia", los bares y restaurantes de la calle San Bernabé, la oferta de sidra y menú en La Gran Taberna, el contraste de sidrería popular y restaurante lujoso en el Marchica, los pimientos en vinagre y el vino en Cechini, o la sidra en Casa Tuto, en Lito o en El Cantábrico ?

Conocí el restaurante sidrería Nalón en mi época de estudiante en Oviedo. Mis recuerdos más vividos en él tienen dos palabras: oricios y sidra. Allí llegaban los oricios, decían que de Luarca, por sacos y se servían a gusto de la dispar clientela. Unos los preferían -yo- crudos; otros, cocidos.-

Pasaron los años y el recuerdo del establecimiento perduraba en mí. Desconocía a los dueños y cuando tuve la suerte de combinar Física y Gastronomía, supe de la calidad humana y empresarial de Vicente y de su esposa Esmeralda, figuras irrepetibles en la hostelería asturiana (como Ramón el de Marchica; como Luis Gil en Casa Fermín...

Esmeralda la del Nalón abrió fronteras y caminos en la cocina con su creación de la merluza a la sidra, plato que dedicó a don Emilio Alarcos y a don Camilo José Cela, y cuyo secreto de elaboración guarda celosamente.-

Vicente el del Nalón era el "hombre de barra y mostrador". El que atendía, sonrisa en su boca, a toda la clientela; el que aconsejaba, el que apostaba por ser y tener amigos, el que luchaba por una hostelería de máxima calidad.

Conocí a Vicente cuando él era Vicepresidente de la Asociación de Hostelería de Asturias durante la presidencia de Rafael Secades. Supe de su trabajo, de su esfuerzo en la promoción de jornadas y certámenes gastronómicos, de su lucha por la recuperación y vigencia de nuestra cocina tradicional... Y supe también de sus silencios cuando, merecedor de premios y galardones, optaba por un "segundo plano".Vicente Lorenzo García vivió 87 años de intensidad empresarial y hostelera. Supo y sabe de cocina y de servicio a la comunidad.-

Hoy, ya en el cielo, estará explicando a los ángeles cómo se abren los oricios, cómo se escancia la sidra y, con mucho secreto, cómo se guisa la merluza.

Esmeralda, sonriendo, seguro que pintará en su casa un precioso cuadro con esa escena.

Porque, ¿saben ustedes? , Esmeralda pinta mucho y pinta bien.

Gracias, Vicente, por tu ejemplo de trabajo y de vida.

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