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Clave de sol

El primer aeropuerto de Asturias fue el de Llanera

Notas para la prehistoria de la navegación aérea

El interesante reportaje de Ramón Díaz, publicado aquí el domingo sobre la inauguración del aeropuerto de Asturias hace medio siglo, nos hizo a los más vetustos recordar que dieciséis años antes del acontecimiento -es decir, en 1952- es cuando de veras se iniciaba el primer servicio aéreo de viajeros en Asturias. Y lo fue en las pistas del aeródromo militar de Lugo de Llanera -donde tenían su base una escuadrilla de biplanos del Ejército- habilitadas durante unos años como aeropuerto civil de La Morgal.

Los de mi quinta éramos jovencitos entonces y algunos estuvimos también allí en ocasión tan interesante, entre músicas y banderolas, junto a diez mil asturianos y las autoridades civiles, militares y hasta eclesiásticas. Presentes todos en el recibimiento al panzudo Bristol 170 de Aviaco que inauguraba la línea con Madrid. Un aparato levantado de un morro que se abría para descargar los equipajes, con tren de aterrizaje fijo y un timón de cola que se podía mover con la mano como si fuera de hojalata. Inenarrable.

Los Fokker de ala alta, los Bristol, junto a los fiables DC-3 y otros de hélice, cubrieron después rutas del Norte a Santiago, a Bilbao, a Fuenterrabía, a Barcelona y a Palma de Mallorca. Está por hacer el relato de la navegación aérea en Asturias, de la aerostación de Fernández Duro, de los aparatos de lona, de la guerra civil, con las improvisadas pistas de despegue por toda Asturias y sus aparatos rusos, de los biplanos nacionales, de los festivales aéreos con los ases de las más arriesgadas acrobacias?

En 1943 quedó inmovilizado en Llanera un famoso modelo de avión de guerra de los aliados, conocido por "fortaleza volante", tras realizar un aterrizaje forzoso por avería. Recuerdo el vistoso aparato precintado y a sus tripulantes, heridos, que paseaban su recuperación en las cercanías del Hospital Militar en Salesas. De algo más tarde, recuerdo también un enorme Junker-Ju 88, trimotor alemán que parecía hecho con planchas onduladas y sirvió en Llanera para bautismos del aire a muchos asturianos, sobre todo jóvenes escolares.

Del extenso anecdotario que se podría espigar, recuerdo el avión de carga Lisboa-Londres que, averiado, se estrelló en Llanera al intentar aterrizar. Allí fuimos también algunos adolescentes de aquel lejano tiempo para ver el aparato partido por la mitad. Sólo hubo heridos y dicen que, escapado y recuperado, un pequeño cocodrilo destinado al zoo de la capital inglesa. Cómo no recordar los interesantes festivales aéreos y exhibiciones de acrobacia en Llanera y en Oviedo con la participación de auténticos ases de relevancia mundial como Aresti y Aldecoa.

Quiero decir que la navegación aérea en toda sus facetas tuvo una larga e importante historia en el Principado. La situación de su aeropuerto fue en aquel tiempo muy controvertida y parece que lo vuelve a ser ahora tantos años después. Por razones climáticas y de proximidad, se dijo alguna vez que el lugar ideal hubiera sido La Providencia de Gijón.

Vayan estas líneas de recuerdo y aportación a la que pudiéramos llamar prehistoria de la aviación en Asturias, que tuvo antecedentes aún más antiguos y un interesante y nutrido anecdotario.

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