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Eloy Méndez

Pase al hueco

Eloy Méndez

Hay recambio

La fortaleza de la cantera y la ilusión de los niños en la grada

Por más que se empeñe Baraja, es imposible hablar del Sporting sin emitir elogios. El líder de Segunda demostró en Almería que, además de haberse convertido más tarde de lo esperado en un equipo competitivo, tiene la estrella imprescindible para las gestas, esa que manda al palo los disparos del rival o que regala rebotes en el centro del campo. El único infortunio, que no es poco, fue la lesión de Santos. Aunque, tras ver cómo se retorcía en suelo andaluz, cualquiera hubiera firmado las dos o tres semanas que estará finalmente de baja.

Al uruguayo se le extrañará el domingo en El Molinón ante el correoso Reus. Y, tanto o más, a Sergio, uno de esos jugadores necesarios hasta cuando tiene un mal día. Sin ellos, la afición volverá a llenar el estadio como ninguna otra lo hace en la categoría. Y muchos asientos estarán ocupados por niños. No es un comentario más. Cualquiera que haya viajado por los campos de España puede dar fe de que, en pocos lugares, la presencia infantil y juvenil es tan poderosa. Sería estupendo poder realizar un estudio sobre la edad media de los espectadores que acuden al coliseo gijonés, sin duda muy inferior a la de Asturias. Tiene su mérito, porque a la chavalería le ha tocado vivir los peores años del club. Hay sportinguismo para mucho rato.

Otro síntoma de la buena salud rojiblanca es la privilegiada posición que ocupan los equipos de la cantera, casi todos líderes en sus respectivas categorías. Un dato que demuestra la fortaleza de Mareo y que, si nadie lo estropea, anuncia un futuro prometedor. Hay recambio en el césped y en la grada. La continuidad está garantizada. Y eso sí que no es cuestión de suerte.

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