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Joaquín Rábago

El más socialdemócrata al frente de la OTAN quiere más

Parece que a la OTAN le sienta bien tener a su frente a un socialdemócrata como el ex primer ministro noruego Jens Stoltenberg, que nunca se da por satisfecho con lo que gastan los aliados en armamento en estos tiempos de desorden mundial.

En declaraciones al diario alemán "Süddeutsche Zeitung", Stoltenberg propone la cuadratura del círculo: la OTAN debe gastar más en defensa, pero al mismo tiempo no quiere una nueva Guerra Fría ni pretende aislar a Rusia. Repite Stoltenberg la ya conocida letanía de agravios contra el país de Putin: intervención militar en Ucrania, envío de tropas a Moldavia y Georgia contra la voluntad de esos pueblos, apoyo al régimen de Assad en Siria.

Y si con eso no bastara, Rusia "moderniza su arsenal nuclear", como denuncia el político noruego para justificar su petición a los miembros de la Alianza de que aumenten sus presupuestos militares tal y como acordaron en 2014.

"Hace un par de años, muchos países nos dijeron que no estaban en condiciones de invertir más en armamento porque no había crecimiento económico, y ahora muchos dicen que el problema es que hay demasiado crecimiento", critica el buen socialdemócrata. "Tras años de retrocesos, comprobamos en 2017 que el gasto militar de Alemania subió casi un 6 por ciento en Alemania". Lo cual es, según él, algo que complace al resto de los socios, que desean "un papel más activo de Berlín en política de seguridad".

Pero ni siquiera ese 2 por ciento del PIB exigido por Washington a sus renuentes aliados le parece excesivo: "Hasta finales de los años noventa, Alemania y los otros socios europeos gastaron un 3 por ciento o más en defensa". El socialdemócrata se declara además muy satisfecho de la aplicación por la OTAN de sanciones económicas contra Moscú y de la acción coordinada de expulsar a diplomáticos rusos tras el intento de envenenamiento con gas nervioso de un ex espía de ese país en el Reino Unido.

"Mientras Rusia no cambie de comportamiento, las tropas de la OTAN seguirán donde están y las sanciones, en vigor", agrega en tono de advertencia. "Si tras el final de la Guerra Fría fuimos capaces de reducir nuestro gasto en defensa, ahora que el mundo se ha vuelto más inseguro, deberíamos estar en condiciones de aumentarlos", afirma.

Nada dice, sin embargo, Stoltenberg del hecho de que el presupuesto militar presentado al Congreso por el presidente Donald Trump sea de 886.000 millones de dólares. Y que el gasto de defensa de EEUU sea superior al del conjunto de los nueve países que le siguen: Rusia y China, incluidas.

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