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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

La Cenicienta se vistió de seda

Llegaron a Málaga de puntillas, sin hacer ruido, casi de tapadillo, como invitadas de piedra a la fiesta de otras. Parecían la Cenicienta de la fase final de la Copa de la Reina, pero la magia del trabajo y el empeño convirtió sus zapatos de charol en zapatillas propulsadas a la gloria. Y regresan a Gijón con un título impensable bajo el brazo. Los sueños casi nunca se cumplen; pero en ocasiones, sí.

Si Renata, la portera del Mavi NT, tuviera que compararse con una de las especies del Acuario de Gijón, lo más parecido que encontraríamos en las peceras de El Natahoyo sería un pulpo. Tiene dos brazos, pero parece que se maneja con ocho, dotados todos ellos de ventosas que acaparan los disparos con los que las rivales bombardean, durante este último fin de semana con escaso éxito, la meta del conjunto gijonés.

Por continuar con el símil acuático, si existe una especie comparable a la voracidad de Raquel Caño, autora de 12 de los 24 goles gijoneses de la final disputada ayer, es el tiburón. La zurda del Mavi atacó la yugular de la defensa del Bera Bera con ensañamiento de escualo. Su olfato para detectar el flujo sanguíneo del rival es finísimo. La leonesa es también felina y sabe lo que es ganar a lo grande, pues cuelga en su cuello la medalla de campeona del mundo de balonmano playa, deporte con cierta tradición en San Lorenzo.

El deporte femenino gijonés está de enhorabuena: en apenas un mes la ciudad entera ha levantado una Copa de Europa de la mano de las insaciables patinadoras del Hostelcur y una de la Reina en los brazos robustos de estas apabullantes guerreras de La Calzada, ese barrio de obreros y campeonas.

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