Cuando se lee que cada español compra, de media, 34 prendas de ropa al año, entra la duda de si los calcetines cuentan como una prenda o como dos, dada la vida independiente que emprenden enseguida. Si cuentan como unidad, ¿quién está vistiendo la ropa que falta para alcanzar la media anual de cada español? ¿Hay desnudos que visten en negro? En cada familia hay sospechosos, pero 34 prendas para llegar a la media y unas cuantas más para vestir lo que otros no visten sin ir desnudos es un montón de ropa.
Hace 40 años la media nos habría parecido una monstruosidad, pero entonces se llamaba a la ropa "trapitos" y ahora se llama "ropa" a los trapitos. Hace 40 años no nos engañaban acerca de las ventajas del libre mercado con el precio de una camiseta del Primark. Hace 40 años Zara no era algo con lo que españolear, ni su dueño imaginaba que tendría placas en hospitales y gente dispuesta a defenderlo como paladín de "nuestro modo de vida".
Hace 40 años había un naciente espíritu ecológico, pero se centraba en rechazar, educadamente, la energía nuclear ("¿nucleares?, no gracias"). Luego vino toda la carga de la responsabilidad individual sobre la limpieza (es decir, sobre la basura) y sobre el automóvil (que los grandes fabricantes burlaron, subiendo los precios sin mejorar los motores).
Más raro es oír que la industria textil es la segunda más contaminante del mundo (después del petróleo) y que se necesitan 2.900 litros de agua para producir una camiseta de algodón desde el regadío de la planta hasta la confección de la prenda y que además de comprar 34 prendas desechamos 8 kilos de ropa al año, cantidad que nos hace pensar si la pesan en mojado o en seco y si ese que se viste por nosotros también se desviste en nuestro lugar.
