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Sociólogo y escritor

La utopía libertaria del Mayo del 68 francés (I)

Lo que ocurrió en París hace cincuenta años

Llegué a París en el año 73 para realizar estudios de Ciencias Sociales y de Sociología. Humeaban aún los rescoldos de una revuelta que había puesto en vilo a la sociedad francesa. Era la hora de los analistas. "Vámonos a casa y dejemos de concebir nuevos mundos" era el último grito de los estudiantes que echaban el cierre a una obra teatral que apenas duró unos días. Mucho silencio en las calles que ardieron. Pasados ya 50 años no se trata de narrar los hechos sino de encontrar significaciones. ¿Cómo es posible que lo ocurrido en la universidad de Nanterre haya agitado al conjunto de la sociedad más profundamente que los movimientos de Berkeley o de Berlín? Al Este la represión era muy fuerte, y al Oeste las universidades eran demasiado independientes para que su crisis pudiera afectar al poder. ¿Qué ha ocurrido?

De la rabia en Nanterre a la noche de las barricadas. El movimiento estudiantil nace en la universidad de Nanterre, no en la Sorbona. Nanterre es una universidad frágil; por un parte, su creación responde a la voluntad de renovación que atrae a jóvenes y buenos profesores; por otra, es una creación "estúpida", dice Alain Touraine, porque aísla a los estudiantes del centro cultural. Las primeras huelgas en Nanterre se originan porque los estudiantes toman la palabra y quieren participar en los cambios. En el momento en que se cierra la universidad por segunda vez los estudiantes llevan su acción a París. La ocupación de La Sorbona por la policía el 3 de mayo trasforma una revuelta localizada en una acción de masas. Los estudiantes encerrados en un sistema absurdo reaccionan a través de la apelación a lo más provocador para el mundo de la burocracia: la afirmación de sí a través de la libertad sexual y la lucha contra todas las formas de dominación oponiendo el hombre a la sociedad: afirmación más moral que política y que evoca más a Feuerbach que a Marx. Las barricadas en la noche del 10 al 11 de mayo que tienen su origen en la ocupación de La Sorbona por la policía para desalojar a los estudiantes y disolver la Comuna son la señal de nacimiento de un movimiento social. La entrada de la policía en ese lugar simbólico fue vivida por los estudiantes como un atentado a su propia dignidad. La noche de las barricadas es la respuesta a un orden social que se reduce a la utilización de la violencia. El 11 de mayo amanece (era sábado) con la victoria de la policía y la represión. A partir de ese momento los hechos cambian de lugar y de escala. La acción pasa a la calle. "Lo que sucede hoy", dijo Cohn Bendit, "es que toda una juventud se expresa contra una determinada sociedad".

La huelga general y la unión de obreros y estudiantes. La huelga del 13 de mayo contribuye a la emergencia de un movimiento más integrado: se defienden unos intereses, se oponen a un adversario y ponen en cuestión las orientaciones de la sociedad. ¿Cómo fue posible la comunicación entre obreros y estudiantes: dos mundos tan alejados? La unión se explica por la prioridad dada a reformas cualitativas: reformar las estructuras de poder en la universidad y en la empresa. La unión de produce de la mano de los jóvenes amenazados en el empleo y de los cuadros y técnicos, la llamada por Serge Mallet "la nueva clase obrera". Esta unión tiene dos caras: de una parte, los obreros cualificados y los técnicos de las empresas más modernas empujan al movimiento hacia reivindicaciones de autogestión y a la creación de un poder sindical en la empresa; por otra parte, la acción que desencadenan los estudiantes tiene como objetivo reforzar la acción de los grupos más revolucionarios, marxistas-leninistas o maoístas. Este es uno de los desgarros que vive el movimiento. No se trata sólo de cambiar el mundo capitalista (Marx) sino de cambiar la vida (Rimbaud). Este desgarro se resuelve cuando el partido comunista y la burocracia sindical temen verse desbordados por la cólera y la acción del movimiento. A partir de ese momento el Mayo del 68 se queda sin salida política y regresa a la espontaneidad de sus orígenes, se agota en la palabra y vive en la ilusión de la utopía en una antisociedad imaginada.

La hora de las interpretaciones. André Malraux ve en el movimiento una crisis de civilización: las jerarquías tradicionales se debilitan en una sociedad definida más por su porvenir que por su pasado, por sus obras más que por su fe, tendencias que abocan a lo que los sociólogos llaman secularización. La Francia du village, de la familia, de la iglesia se encuentra por primera vez con una generación (Edgar Morin habla de una bioclase) nacida en un mundo en el los simbolismos se borran y son remplazados por la técnica, el poder y el sexo. En Mayo del 68 muere una idea del hombre. Toda la acción del movimiento quiere trasformar una crisis de civilización en acción política; es la lucha contra todas las formas de poder que dominan la sociedad. Para Raymon Aron, profesor de La Sorbona, los hechos de Mayo pretenden establecer un orden libertario que tiene que ver con la fragilidad del orden moderno. Se vive una crisis profunda de los valores de la tradición. El amor pierde su poesía y su misterio a favor de una libertad sexual sin límites. Este orden libertario se simboliza en la destrucción de las jerarquías universitarias y sociales y en la autogestión, cuyo símbolo es la Comuna en los espacios de la Sorbona. Ya los estudiantes de Nanterre habían escrito en las paredes de una sala de profesores: "hemos hecho el amor en vuestro santuario". En la voz estudiantil se expresa la voluntad de profanar los espacios de poder social. Es el psicodrama del asesinato del padre. Alain Touraine se pregunta si estamos ante un conflicto de clases de nuevo cuño. El conflicto no es de naturaleza económica; el enemigo son los aparatos de integración y manipulación. El control del poder de hablar y decidir es un elemento decisivo de la revuelta que revela el conflicto fundamental del mundo moderno. Ante las dificultades para constituirse en un movimiento social, los estudiantes fundan una antisociedad que se define por dos actitudes básicas: la afirmación de una comunidad alternativa, la apelación a la espontaneidad, a la imaginación, al deseo contra la maquinaria social, y un esfuerzo de participación, de gestión del cambio, de toma de la palabra. El conflicto se produce en nombre de la cultura y de la personalidad; incluso en nombre de una cierta idea del hombre como señaló A.Malraux. Su grandeza no está en los resultados sino en lo que ha revelado. ¿Qué ha quedado del Mayo del 68 francés? ¿Cuál es su legado histórico? Intentaremos responder a estos interrogantes en el próximo texto.

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