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Graduado en Ingeniería Industrial y máster en Administración y Gestión Avanzada de Proyectos

Energías limpias ya

Por un cambio en el modelo energético que vaya reduciendo la dependencia del carbón

Son muchas las voces que vienen desde hace bastantes años solicitando un cambio en el modelo energético, unos por unos motivos y otros por otros, pero la realidad es que se debe de plantear en algún momento ese cambio de modelo energético.

Hay muchos factores que se han ido utilizando, económicos, sociales, medioambientales, sostenibilidad, ahorro energético, agotamiento de los combustibles sólidos, etc., etc., etc.

Ahora mismo, en Asturias, nos volvemos a cuestionar la necesidad de que se deben de cerrar las centrales térmicas de carbón, y con ello el impacto que supone dicha industria, una vez más nos volvemos a topar con el sector del carbón, aunque cada vez más debilitado tanto social como industrialmente.

Pues bien, no nos hemos de seguir aferrando al pasado y se debe de mirar hacia el futuro, se debe de analizar la situación de manera sensata y coherente, con un planteamiento decidido y de futuro, en este sentido la profesora de Economía, Natalia Fabra, sostiene que cerrar todas las térmicas no tendría un impacto tan relevante en la factura como afirma el Gobierno y sustituir el carbón por energía renovable abarataría la electricidad, dice su estudio.

Gran cantidad de ciudadanos venimos demandado un sector energético que apueste por las energías limpias, por las energías renovables. Pues bien, llegó el momento. El futuro llegó y ahora ya es viable cualquier opción energética que pase de manera paulatina por un modelo donde pesen más las energías renovables que aquellas que han estado basadas básicamente en el carbón, como sucede en Asturias.

Las fuentes de energías renovables hoy en día son muy diversas, los países avanzados están apostando por ellas, por ejemplo, el aprovechamiento de la energía mareomotriz, las centrales de ciclo combinado, el biodiésel obtenido de las algas marinas, etc., son opciones que se deben de ir analizando. Posiblemente puedan ir conviviendo poco a poco con el actual modelo dependiente del sector del carbón, pero este nuevo modelo llegaría en un momento de necesidad de nuevas inversiones, de políticas encaminadas a la innovación, a la reducción de la contaminación, etc., la transición energética debe de llegar ahora. No podemos estar en torno a una generación eléctrica mediante el carbón del 64%. Se deberán invertir estos porcentajes y pensar en la manera de que este porcentaje se genere desde otras fuentes más limpias, de mayor sostenibilidad, de mejor calidad de empleo, de mejora del medio ambiente, etc.

Nos debemos preguntar cuáles son los verdaderos costes que actualmente supone la generación eléctrica mediante el carbón. Quizás los costes son mayores de lo que pensamos, si incluimos los impuestos que se aplican por la tasa de CO2 (uno de los gases causante del cambio climático). Además, cada vez más, se oye que hay que aplicar más impuestos a la contaminación. Anteriormente hemos dicho que en Asturias se genera el 64% de la energía producida mediante el carbón, por lo que supone bastante coste en dicha tasa de emisión del CO2. Tampoco podemos dejar de lado la gran contaminación atmosférica que aún persiste en el aire de algunas zonas, sólo hay que ver el cielo desde lo alto de alguna montaña. Gijón y Avilés siguen estando entre las ciudades más contaminantes.

Por otro lado, las amenazas, las hay que ver como oportunidades, si estas vienen compensadas en nuevas inversiones, con lo cual se debe de aprovechar este momento para obtener los compromisos idóneos para obtener beneficio de la situación.

Se debe de plantear seriamente que estamos sufriendo un mayor coste de la tarifa eléctrica:

-Debido al coste de las importaciones, los carbones que se queman en las térmicas vienen de otros países

-Mayores tasas de emisión de CO2.

-El coste medioambiental, la calidad del aire sigue siendo un problema

Sin duda, hay que apostar al cambio, pero a un cambio efectivo, donde se siga manteniendo la producción en la misma cantidad que actualmente se aporta al sistema energético español, pero para eso se necesita un planteamiento serio y decidido desde aquellos que quieran apostar claramente por dicho cambio.

Y de este planteamiento de un nuevo enfoque productivo surgirán nuevas oportunidades:

-Nuevas inversiones en centrales de ciclo combinado, de biomasa, de biodiésel mediante empleo de bioalgas, mareomatriz, etc.

-Creación de empleo, beneficiando a las empresas asturianas de ingeniería especialistas en el sector de energía, así como, también del sector del metal y de la construcción en general, además de suministradores, fabricantes, transportes, etc.

-Potenciación del empleo de alto contenido tecnológico, científico, de investigación y desarrollo del I+D+i.

Y cuyo resultado final sea una generación de electricidad a un precio más asequible, con una reducción de las emisiones de CO2 y una mejora del medio ambiente.

La transición energética debe de empezar ya, y por tanto hay que empezar a dotar de inversión dicho cambio desde muy pronto.

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