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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

"Mariano, sé fuerte"

El PP bordea sin remedio la línea divisoria del Apocalipsis y camina por ella con la imprudencia de un funambulista que se sube a la cuerda floja con los ojos vendados. Como en los seriales de muertos vivientes, de las catacumbas del partido que comunican con los túneles de las cloacas emergen zombis que conducen sus pasos tremebundos a la sede de Génova en busca de los últimos trozos de intestino grueso sin contaminar. Se trata de cadáveres que Rajoy, en su proverbial facundia, pensaba bien enterrados. Ocurre que aquellos sacos de huesos decrépitos gozan de buena salud.

Azotado aún por la visión espectral de Zaplana en un coche de la UCO, camino de chirona, había perdido de vista el presidente del Gobierno que algunos fantasmas del pasado iban a mostrarse en breve raudos a resucitar, convocados por el aullido de los lobos de la corrupción, que no es la de la carne, sino la del dinero nauseabundo; la de los ladrones de guante blanco y camisa azul, no la de los caminantes desorientados que pueblan los capítulos de "The walking dead".

Así, ante sus ojos despavoridos de gallego milenario desfilaron ayer Correa, Pablo Crespo, Bárcenas y el resto de los sentenciados por el "caso Gürtel", como espectros de la santa compaña, como procesión de ánimas que anuncian óbitos políticos o decesos, convocados en tropel por los jueces de la Sección Segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional. El ruido de las cadenas atadas a sus pies al golpear el parqué de la sede popular le resultó a Rajoy aterrador. Agazapado en su despacho, una voz de ultratumba con timbre parecido a la de Rodrigo Rato le espetó: "Mariano, sé fuerte".

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