La extracción de catas para determinar el estado del hormigón que conforma la mole de uno de los principales monumentos de Gijón, el "Elogio del horizonte", de Chillida, marca el inicio de los trabajos que se van a realizar para combatir los efectos del paso del tiempo sobre uno de los referentes más sobresalientes de la ciudad, en el cerro de Santa Catalina. Erigido en 1990, el "Elogio" requería de un proceso de mantenimiento y conservación que se llevará a cabo con cargo a fondos europeos del proyecto "InnovaConcrete", de tres años de duración y destinado a preservar obras monumentales realizadas con hormigón, bajo el control técnico de la Universidad de Cádiz.

El hormigón, un material atípico para el arte, fue el material elegido por Chillida para una de sus obras más representativas. El artista vasco había recorrido la costa europea en busca de un espacio acorde a su idea de "elogiar el horizonte", pero no fue hasta que en Gijón se llevó a cabo la remodelación del cerro de Santa Catalina, a cargo del arquitecto Paco Pol, cuando el escultor fue consciente de que la ubicación litoral gijonesa se adecuaba perfectamente a la idea que tenía para levantar el imponente monumento, uno de los más visitados del litoral cantábrico.

El inicio de las obras en el "Elogio", que servirán para consolidar la pieza de hormigón, ligeramente inclinada hacia la derecha como demostró el historiador Héctor Blanco, estudioso del patrimonio gijonés y uno de sus más destacados conocedores, da pie a reclamar al Ayuntamiento una actuación de mejora del entorno en el que el monumento se encuentra, francamente deteriorado.

Se hace preciso garantizar la pervivencia de la obra de Chillida, que muestra una armadura muy oxidada y desconchones en el hormigón, y con ese fin se va a actuar, con fondos europeos; pero no es menos importante llevar a cabo mejoras en otras instalaciones del cerro de Santa Catalina, cuya subida y bajada, pese a tratarse de una de las zonas más transitadas por los turistas que llegan a Gijón con el "Elogio" como principal reclamo, está llena de deficiencias, tanto en el pavimento como en otros elementos decorativos. El camino de tierra que conduce al monumento se llena de charcos en época de lluvias e incluso debajo de la enorme escultura hay uno de manera casi permanente; las construcciones militares, restos del antiguo complejo artillero del siglo XVII cuya función era defender la península de Santa Catalina, están en desuso y mal señalizadas; se detectan farolas dañadas y proliferan grafitis y pintadas en muros y esculturas como "Nordeste", de Vaquero Turcios, que reclama una urgente limpieza.

Al Ayuntamiento compete garantizar el uso y disfrute de una zona de la ciudad donde pervive un valioso patrimonio histórico y artístico que merece la pena cuidar y preservar.