El fichaje de Sergio Tejera es un acierto del Oviedo. Llega un futbolista de calidad contrastada, versátil, zurda exquisita y tipo con mando. Ese jugador tan demandado capaz de gobernar al equipo. Luego podrá dar la talla o no (será por fichajes que prometían mucho y pasaron sin pena ni gloria), podrá salir mejor o peor y su rendimiento cumplirá o no las expectativas, ahí influyen un montón de pequeños detalles, de dentro y de fuera del campo. Pero conviene aquí y ahora poner en valor este refuerzo porque ya se sabe que los hay muy dados a cruzar al personal tras el primer resbalón. El fútbol, paraíso del oportunismo, irracional reflejo de la vida, tiene poca memoria y vive al día. Para bien y para mal.
Tejera jugará de azul porque el Oviedo le ha ganado la batalla a clubes con mayor músculo económico como Deportivo o Las Palmas, dos exPrimera que le ofrecían bastante más pasta. Por eso es un fichaje de mérito, porque la entidad azul se llevó el gato al agua ante duros competidores. El club carbayón se ha movido con rapidez y habilidad y ha logrado convencer al pivote, tentado de aquella manera a última hora por el Mallorca, club con el que debutó en Primera y que pertenece a la ciudad natal de su pareja. Hace una semana, cuando ya tenía un acuerdo con el Oviedo, un medio mallorquín le tituló una entrevista así: "Me gustaría volver a jugar en el Mallorca". Le dolió, pero la presión no surtió efecto. Tejera llegó el domingo a última hora desde Totana (Murcia), donde aguardaba de vacaciones, y ayer, tras el reconocimiento, se fue de compras por la ciudad. Hay altas expectativas con él. A ver si se cumplen.
