Infiesto, Ana ZAPICO

Todas las asociaciones de carácter social de la comarca están llamadas a participar en el cuarto encuentro «Creando redes de solidaridad», que se celebrará el próximo día 20 en la Casa de Cultura de Arriondas. Cándido Díaz, presidente de la Asociación «El Prial», y Liliana García, coordinadora del voluntariado y del programa «Pueblos solidarios», están ultimando los detalles de este encuentro, en el que también se celebrará un festival tradicional de música y canto de la mano de «Los remeros de Zapardiel». No faltarán sorteos y subasta de artesanía para sacar fondos para el desarrollo de un proyecto social en el Oriente, así como una «cena solidaria» en la que todos están invitados a participar y que tendrá lugar en el hotel Los Acebos, en Arriondas.

Han pasado ya cerca de cuatro años desde que «Creando redes» reunió por primera vez a las asociaciones del Oriente de todos los ámbitos sociales: mayores, mujeres, vecinos, jubilados-pensionistas, discapacitados. Todos ellos se encontraron frente a frente y se conocieron un poco más, llegando a la conclusión de que trabajando juntos, en red, no sólo eran más fuertes, sino que compartían la valiosa información de su experiencia y podían cubrir con mayor eficacia las necesidades de fondos y voluntariado para el desarrollo de su actividad.

La Asociación «El Prial», volcada desde hace treinta años en la formación y el desarrollo del medio rural, e integrada en la Confederación de Centros de Desarrollo Rural (Coceder), lleva a cabo programas de específicos de acción social como «Pueblos», que abarca desde la realización de actividades de tiempo libre infantil, escuelas para niños de menos de tres años en el medio rural, talleres y cursos para desempleados, hasta muchas otras acciones de apoyo a las comunidades rurales del Oriente.

En septiembre de 2002 incorporó el programa «Pueblos solidarios» orientado a la formación y dinamización del voluntariado en el Área VI de Servicios Sociales. Desde entonces «El Prial» ha funcionado como vaso conductor entre las asociaciones del Oriente y las distintas administraciones y haciéndose eco de las necesidades sociales de esta área geográfica.

«El oriente de Asturias necesita de una atención geriátrica especializada», explica Cándido Díaz, quien añade: «Son varias las asociaciones de mayores que ante el envejecimiento de la población en esta zona solicitan que tanto en el Hospital de Arriondas como en los ambulatorios del Oriente haya profesionales gerontológicos».

Ahora, más que nunca, la población se muestra sensible a participar como voluntaria en actividades sociales. «No es que antes no lo fueran, pero en el medio rural, con poblaciones dispersas y no demasiadas comunicaciones, la participación no es fácil», indica Liliana García.

Encontrar voluntarios con un perfil adecuado para el desarrollo de actividades resulta tarea complicada. «Todo el mundo puede participar y siempre hay algo que se puede aportar», señala Cándido Díaz, aunque para que haya voluntarios antes tienen que haber programas concretos para el desarrollo de estas actividades altruistas. La nueva página web de la que dispone «Pueblos solidarios», concentra todas las asociaciones que existen en el Oriente, así como el tipo de actividades que desarrollan; además hay una sección de voluntarios que facilitará la tarea de búsqueda de la persona adecuada para una tarea en un programa concreto.

En el Oriente sigue resultando preocupante el ritmo desertización de los pueblos. Los núcleos rurales disponen cada vez de menos servicios, en cuanto a educación, alimentación, transporte y locales de reunión. Las formas de vida tradicionales, ganadería y agricultura, parecen condenadas a extinguirse, y con ellas la forma de vida de los más jóvenes. «Hay pueblos en los que sólo quedan cuatro señores mayores que están dispuestos a mudarse a una localidad más grande por que tienen a mano todos los servicios», señala Cándido Díaz. Y añade: «Es allí donde las actividades sociales son más necesarias, hay que dar vida a los pueblos».

El fenómeno del turismo rural se ha traducido en la rehabilitación y mantenimiento de muchas viviendas e infraestructuras de los núcleos rurales; «esto siempre es positivo, así como la inyección económica que trae consigo», indica Cándido Díaz, explicando que aún hay que analizar si el turismo rural trae consigo una posible nueva tendencia: el establecimiento de personas venidas de otros puntos de la geografía nacional o internacional, que, atraídas por el bucólico paisaje del campo asturiano, deciden quedarse aquí y desarrollar nuevas iniciativas en el entorno.