Ribadesella,

Daniel BáRBARA

Un grupo de riosellanos residentes en el barrio del Pochacu, justo a la entrada de Ribadesella, denunció los pasados días que los operarios encargados de delimitar los carriles del vial pintaron, hace poco más de medio año, una línea continua sobre la carretera, cuando en ese punto «siempre hubo una línea discontinua», según aseguraron. La línea discontinua suponía para los vecinos la libre entrada y salida del barrio con sus vehículos en un sentido u otro de la circulación.

Desde entonces, los conductores que quieran salir del barrio en dirección a la localidad riosellana de Lloviu tienen que ir a dar la vuelta a la nueva rotonda, ubicada en el casco urbano de la villa. O, lo que es lo mismo, tienen que recorrer casi un kilómetro para cambiar de sentido. Lo mismo ocurre cuando los vehículos procedentes del centro de la villa quieren acceder al Pochacu. En este caso, el cambio de sentido lo deben hacer en la circunvalación existente en Lloviu, a poco más de un kilómetro de distancia.

Además, los denunciantes también señalaron que existía un paso de cebra justo enfrente del edificio principal del barrio. A día de hoy, tan sólo existe una señal de tráfico que lo atestigua. «Nos dirigimos al Ayuntamiento, pero nos dijeron que el responsable es Fomento», aseguraron. Una vez que los afectados se dirigieron a Fomento, «nos contestaron que por ese punto pasaban más de 5.000 coches, por lo que era un tramo peligroso», explicaron.