Llanes, Daniel BÁRBARA

La interminable espera de los agentes de la Guardia Civil de Llanes para habitar y desarrollar su trabajo profesional en las instalaciones de la futura casa cuartel de la villa llanisca parece llegar a su fin. Tras nueve años de continuos problemas en la ejecución de los trabajos, los miembros llaniscos del instituto armado auguran que el futuro acuartelamiento será inaugurado este mismo año. «Las obras del futuro cuartel se desarrollan de forma ininterrumpida, por lo que esperamos que la inauguración se produzca a lo largo de este año», aseguraron ayer fuentes de la Guardia Civil. Todo apunta a que el cuartel de la Guardia Civil de Llanes sea inaugurado el día del Pilar (12 de octubre), fecha en las que los agentes rinden honores a su patrona.

Durante casi toda esta última década, los agentes de la Benemérita han ejercido sus tareas laborales en unas condiciones precarias. Así, los detenidos son trasladados a las dependencias de Panes (Peñamellera Baja) debido a la falta de calabozos y, entre innumerables problemas añadidos, los miembros de la Guardia Civil realizan su trabajo en un edificio en pésimas condiciones, prestado en su día por la Cruz Roja y construido hace ya dos siglos. Los agentes están deseando disfrutar de las nuevas dependencias porque «las instalaciones de este inmueble no tienen unas condiciones aceptables para ejercer nuestro trabajo», matizaron fuentes de la Guardia Civil de Llanes. Los agentes subrayaron que en días de lluvia hay goteras en el interior del actual edificio de la Benemérita.

El movimiento de agentes de la Guardia Civil en el acuartelamiento llanisco es continuo, según las fuentes consultadas por este diario. El cuartel no dispone de pabellones residenciales para alojar a los agentes, por lo que la gran mayoría vive en pisos de alquiler y paga unas rentas muy elevadas. Eso supone un coste añadido para los bolsillos de las familias de los agentes, por lo que «muchos deciden trasladarse a otras poblaciones en la medida de lo posible», puntualizaron las fuentes consultadas.

La construcción de la casa de cuartel de la Guardia Civil contiene una lista de problemas interminable. Primero, seis años de retraso en unas obras paralizadas desde enero del año 2005. Después, otros tres años más de retraso por problemas con dos de las empresas adjudicatarias. El asunto tiene miga: tres adjudicaciones diferentes, dos empresas concesionarias que renunciaron a ejecutar las obras, otra más a la que se le rescindió el contrato, un presupuesto que ya supera ampliamente lo calculado inicialmente, y el PSOE y el PP echándose la culpa mutuamente de semejante situación durante la última década. Finalmente, las obras del acuartelamiento llanisco alcanzaron un coste de 4.500.758 euros, lo que supone un 50 por ciento más del presupuesto previsto a finales del mes de febrero del año 2005, fecha en la que se colocó la primera piedra.

La futura casa cuartel tendrá 22 viviendas destinadas a los agentes que conviven con sus familias, más cuatro pabellones para solteros. Las futuras residencias serán ocupadas por 36 agentes de la Guardia Civil. El acuartelamiento contará con unas instalaciones amplias y cómodas para que los agentes de la Benemérita puedan efectuar un buen servicio a la ciudadanía, según trasladó en su día el teniente coronel jefe de la Comandancia de Gijón, Juan Bautista Martínez Raposo, a los agentes llaniscos durante una visita a la villa.