Buferrera / Covadonga (Cangas de Onís), Rebeca AJA

De tres en tres y hasta de cinco en cinco, completos y sin descanso. Así llegaban ayer al aparcamiento de Buferrera los autobuses que cubren el recorrido entre Cangas de Onís y los lagos de Covadonga. La segunda jornada de puente y de aplicación del plan especial de regulación de los accesos al parque nacional de los Picos de Europa desde la vertiente canguesa se saldó ayer con un «boom» de visitantes que no dio tregua al servicio de transporte público habilitado por el Gobierno del Principado. Tampoco a los aparcamientos más próximos al recinto de la basílica de Covadonga, que enseguida colgaron el cartel de «completo», lo que terminó ocasionando por momentos retenciones en el tramo de carretera comprendido entre el parking de El Repelao y la rotonda del Peregrino que distribuye el tráfico al real sitio y a los Lagos.

Hacia este último destino el plan de regulación aplicado prohíbe el acceso a vehículos privados entre las nueve de la mañana y las ocho de la tarde, por lo que, durante ese espacio de tiempo, el visitante debe recurrir al transporte público dispuesto. El acceso al recinto de la basílica es ajeno a esta medida de regulación, pero ayer al mediodía los estacionamientos del recinto religioso también colgaron el cartel de «completo», lo que obligó a los agentes de ordenación del tráfico a cortar el paso de vehículos hacia la explanada de Covadonga e «invitar» a los conductores a dar media vuelta y buscar sitio en alguno de los aparcamientos cercanos. Pero en esa hora punta del día, el más cercano terminó siendo el parking de El Bosque, cerca de La Riera.

El aparcamiento de El Bosque aguantó ayer el embate de los turistas. No ocurrió así con los de Llerices y El Repelao, cuyas 487 plazas se quedaron cortas en momentos concretos del día. A las once de la mañana colgaron el cartel de «completo» en El Repelao, último punto de venta de billetes hacia los Lagos y el parking más próximo a la basílica de Covadonga. Escasa hora y media más tarde hacía lo mismo el de Llerices. Y en ambos se repetían las colas para coger el autobús. La frecuencia del servicio que anunciaban en la taquilla era de entre diez y quince minutos pero ayer hubo momentos a última hora de la mañana en los que apenas trascurría un minuto entre la salida de uno y otro en la zona de El Repelao, la de mayor afluencia de usuarios, con destino a la estación final de trayecto en Buferrera, cerca del lago Enol. Aquí, más filas de visitantes aguardando el retorno a Covadonga y Cangas de Onís, después de un recorrido incomparable por la red de senderos que comunican el de la Ercina y el lago Enol para la gran mayoría de esos visitantes, a juzgar por los comentarios que se dejaban oír durante la espera en la explanada de Buferrera. El plan de acceso a los Lagos permanecerá en vigor hasta mañana, domingo.