El Ministerio de Medio Ambiente tiene un funcionamiento peculiar. Su actuación en los Picos de Europa es el mejor ejemplo. En la primera mitad de los años noventa del pasado siglo al Ministerio se le puso en la nariz ampliar el parque nacional de Covadonga a los tres macizos de los Picos. Hubo una feroz oposición vecinal, pero el Ministerio se pasó el rechazo por el forro y sacó adelante la propuesta con una celeridad asombrosa. Ahora la cara B: hace ocho años el Ayuntamiento de Peñamellera Baja solicitó, con el respaldo de PSOE y PP, la ampliación del Parque de los Picos. Peñarrubia (Cantabria) y Peñamellera Alta hicieron lo mismo algo más tarde. El acuerdo es esta vez absoluto, pero el Ministerio, tramita que te tramita, no avanza. Es como si le gustara llevar la contraria a todos y a todo.