La política municipal llanisca se ha convertido en un aburrimiento. Andan todo el santo día con insultos y con insinuaciones. Y todo sin el más mínimo atisbo de agudeza. Ni gracia, ni chispa. Ver por televisión un Pleno municipal duerme hasta a las ovejas. Sinceramente, con Trevín lo pasábamos mejor: tenía más salero. PSOE y PP parecen la mayor parte de las veces dos perros rabiosos, lanzándose dentelladas al pescuezo (perrea, perrea). Son más cansinos que Rodolfo Chikilicuatre, que ya es decir. Han entrado los socialistas y los populares en una dinámica siniestra, en un callejón sin salida: se desprecian. Así que el discurso político es chabacano, pobre, ordinario, vulgar y grosero. ¿Solución? Tal vez deberían salir juntos a tomar algo, o podrían quedar para cenar e ir de copas. Así podrían conocerse mejor, que del roce surge el cariño. O, mejor aún, un cursillo rápido de respeto al prójimo. Y otro de cortesía democrática.