Llanes, Rebeca AJA

Se presentó como una oportunidad para comprobar si el proyecto de desarrollo rural que había emprendido a lomos de la promoción de iniciativas socioculturales era bueno. Aceptó el reto y, seis meses después de hacerlo, la localidad llanisca de Porrúa ha vuelto a ser «ejemplar». Haber ostentado durante todo ese tiempo el título de pueblo cultural de Europa ha supuesto «un antes y un después» en la historia de Porrúa, situándose en la «esfera internacional» desde una posición local «ambiciosa y modesta».

Con este encabezamiento abría ayer el acto institucional de clausura del programa el coordinador del comité organizador, Julio Tamés, en un discurso que empleó para agradecer y resaltar la implicación de porruanos, llaniscos y vecinos de otros concejos, así como de las doce delegaciones europeas que forman parte de la primera etapa del proyecto «Pueblo Cultural de Europa» y de administraciones locales y regionales. Y de añadir una mención especial a la comunidad escolar, «ellos son el futuro y han sabido jugar un importante papel», afirmó Tamés.

Sin duda, la hospitalidad de los porruanos fue una de las cualidades más destacadas por el presidente de la Fundación Pueblo Cultural de Europa, el holandés Bert Kisjen, antes de repasar el periplo de este foro de debate y de alternativas iniciado en un pequeño pueblo de Holanda en 1999, Wijk aan Zee. Un viaje no exento de incertidumbres que culminará su primera experiencia en 2010, en Kirchheim (Austria), con un futuro aún por decidir, pero con la certeza de que «vamos a continuar», señaló Kisjen.

La clausura de la titularidad de Porrúa como Pueblo Cultural de Europa en 2008 congregó, en el salón de actos del nuevo edificio del Museo Etnográfico, a numerosos vecinos y visitantes para echar la llave a seis meses de trabajo que colocan al pueblo porruano como la mejor muestra de lo que Asturias quiere en Europa, «trabajar desde la escala local, pero con visión europea», aseguró la consejera de Cultura del Principado de Asturias, Encarnación Rodríguez Cañas, durante una intervención en la que abogó por «la cultura» como un importante factor de «desarrollo socioeconómico». La jornada de despedida coincidía con la conmemoración del «Día internacional de la tolerancia», por lo que Rodríguez Cañas animó a seguir trabajando conjuntamente «por la cultura, el diálogo y la tolerancia».

Con la sensación de estar asistiendo a un acto «irrepetible» en el que Porrúa «pasa una página muy especial» en su historia, la alcaldesa de Llanes, Dolores Álvarez Campillo, se refería al balance del programa como factor de desarrollo social y económico señalando el futuro uso de ese informe en la Universidad de Oviedo.

Un último discurso que precedió al acto de cesión del título de pueblo cultural de Europa a la delegación de Tommerup (Dinamarca), que se llevó un obsequio de Porrúa al que correspondió con el deseo de encontrarse nuevamente en 2009, aunque ya en territorio danés. La comunidad escolar volvió a ser partícipe del programa en su clausura entregando sendos recuerdos al resto de delegaciones europeas. También la Fundación Pueblo Cultural Europeo se llevó el suyo recordando dos de las acciones más destacadas del programa porruano: el campamento juvenil celebrado en el mes de julio y el encuentro de todos los pueblos culturales de Europa en septiembre.