Ribadesella, R. DÍAZ

Eugenio Campandegui García, párroco de Ribadesella, falleció ayer, víctima de una grave enfermedad que le aquejaba desde hacía varios meses. Tenía 71 años y había sido párroco de San Juan de Ávila, en Avilés, durante 24 años, y de Ribadesella durante los últimos tres lustros. Hombre muy popular y querido en toda Asturias, su muerte ha causado hondo pesar, sobre todo, en Avilés, Ribadesella y Ribadedeva, de donde era natural. El funeral por su alma se oficiará este mediodía, en la iglesia de Ribadesella.

Hombre ameno, cordial, afable, cercano y alegre, Eugenio Campandegui, conocido como «El cura del mus», por su afición a este juego, del que era experto, sentó cátedra allí por donde pasó. Excelente contador de chistes, fue también ejemplo de tesón y coraje. Postrado en una silla de ruedas desde hacía más de un año, quiso seguir dando misa en silla de ruedas. Lo hizo mientras tuvo fuerzas, así que los feligreses comenzaban todos los domingos la misa en pie y con aplausos.

Eugenio Campandegui nació en Pimiango (Ribadedeva) el 22 de diciembre de 1937. Estudió bachillerato con los Padres Salesianos en Astudillo (Palencia), Arévalo (Ávila) y Madrid. A los quince años ingresó en el Seminario Metropolitano de Oviedo, donde cursó Filosofía y Teología. Ordenado sacerdote en la capilla del Palacio Arzobispal el 26 de junio de 1960, con dispensa de dieciocho meses de edad canónica, cantó su primera misa en su pueblo natal el día 27 siguiente.

Fue coadjutor en Cocañín (El Entrego), y ecónomo en Sobrecastiello y encargado de Tarna y Pendones (Campo de Caso), donde construyó la iglesia parroquial, la casa rectoral y las escuelas. Restauró la iglesia de Tarna y la capilla de San José, de Soto de Caso.

En 1966 fue nombrado ecónomo de Viabaño, encargado de Llerandi (Parres) y profesor del Instituto de Arriondas. Allí organizó la construcción de varias carreteras y un puente, la reconstrucción del cementerio y la restauración de las iglesias de Llerandi y Romillo. En 1970 fundó la parroquia de San Juan de Ávila, de Avilés, donde estuvo 24 años. La parroquia avilesina celebrará un funeral por su eterno descanso el próximo viernes 2 de enero.

A petición propia, Campandegui llegó a Ribadesella el 10 de octubre de 1993. Realizó importantes obras, como la restauración de la iglesia, las capillas de Santa Ana y Guía, la rectoral, el reloj de la torre o el órgano. Entusiasta de su pueblo natal, publicó el libro «El mansolea. Una jerga gremial de los zapateros ambulantes de Pimiango».