Naves (Llanes),

R. DÍAZ / A. SÁNCHEZ R.

El Gobierno del Principado desconoce aún cuándo desarrollará el Paisaje Protegido de la Costa Oriental, aprobado hace 15 años. Pese a la demora, la viceconsejera de Medio Ambiente, Belén Fernández, que ayer visitó varias obras en el concejo de Llanes, se limitó a señalar que lo importante es «no correr y dar pasos seguros».

El Paisaje Protegido de la Costa Oriental se incluyó en el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales de Asturias (PORNA), pero nunca se desarrolló. Pese a ello, las autoridades han aprovechado el Paisaje Protegido en ocasiones, por ejemplo, para determinar el trazado de la Autovía del Cantábrico. La falta de desarrollo hace que el Paisaje Protegido de la Costa Oriental de Asturias sea papel mojado.

La zona protegida abarca desde el río de Nueva, en Llanes, hasta el límite con Cantabria, en Ribadedeva. Es una estrecha franja de terreno delimitada por el mar y la carretera N-634. El texto del PORNA establecía que pertenecían al Paisaje Protegido de la Costa Oriental de Asturias todos los terrenos situados entre la línea de costa y el trazado de la N-634, excepto los suelos declarados urbanos en el plan urbanístico de Llanes de 1993. Una norma urbanística posteriormente anulada por el Tribunal Supremo.

Belén Fernández, acompañada por la directora general de Agua y Calidad Ambiental, Vanesa Pérez, y por la alcaldesa de Llanes, Dolores Álvarez Campillo, visitó las obras del saneamiento del Valle de San Jorge (Llanes), que cuentan con un presupuesto de 16,5 millones de euros. Una obra que comenzó a finales del pasado año, con un plazo de ejecución de 42 meses, y con la que se pretende mejorar el saneamiento de cuatro parroquias llaniscas, las de Pría, Nueva, Hontoria y Naves.

Fernández explicó que las obras «avanzan a buen ritmo». De hecho, ya se hayan construido más de 20 kilómetros de redes y para el verano se espera que esté lista la red de colectores y la reposición de los caminos. Según Fernández las obras de mejoras del saneamiento del valle de San Jorge marcan un antes y un después en la mejora de la calidad de vida de las cuatros parroquias afectadas, tanto en materia de servicios como en el aspecto medioambiental. Las obras podrían estar finalizadas en el primer semestre del 2010, añadió.

El Valle de San Jorge, limitado por los ríos Guadamía y Bedón, sólo cuenta en la actualidad con una red de saneamiento en el núcleo de Nueva. Las aguas son concentradas en un punto y vertidas en el río Ereba, sin una depuración previa. El resto de los lugares del ámbito de actuación carece de red de saneamiento, por lo que los vertidos se realizan generalmente a pozos negros o a grietas del sistema kárstico existente en la zona, que son conocidos como «sifones». Por ello, la contaminación se traslada habitualmente a las aguas superficiales y subterráneas, lo que produce un deterioro en la calidad de los recursos hídricos disponibles. Para evitarlo, el proyecto que ejecuta el Gobierno del Principado plantea la construcción de una red de colectores, incluyendo las acometidas, que permitan el transporte de las aguas residuales a la Estación de Depuración de Aguas Residuales (EDAR) que se construye en Frieras, cerca de la desembocadoura del río Bedón y del monasterio de San Antolín, cerca de Posada.

La EDAR podrá ser ampliada en el futuro para recibir las aguas residuales generadas en Posada y en el Valle de Ardisana. Esta fue la razón por la que el Ayuntamiento de Llanes y el Gobierno del Principado cambiaron a última hora la ubicación de la EDAR, que se iba a construir inicialmente cerca de la playa de Cuevas del Mar, en la zona central del valle. El trazado de la red de colectores se articula en torno a un colector interceptor que comienza en la estación de bombeo de Cuevas de Mar, y finaliza en la entrada a la EDAR. También se contemplan seis estaciones de bombeo para salvar los desniveles topográficos existentes entre la zona más occidental del Valle de San Jorge.