Ribadesella,

Barbara MORÁN

La ordenanza para regular el botellón en Ribadesella aún no es oficial, pese a que así lo aseguró el alcalde riosellano, Ramón Canal, el pasado jueves. El regidor dijo: «Al no haber recibido ninguna alegación durante su período de exposición pública en el BOPA, la nueva norma entra en vigor directamente», pero se equivocó, ya que la normativa aún no ha salido publicada en el «Boletín Oficial del Principado».

Así las cosas, en Ribadesella se sigue bebiendo en la calle como si nada y es que, a pesar de lo anunciado por el alcalde, los interesados en seguir disfrutando de la bebida al aire libre siguen manteniendo sus costumbres. Muchos de los jóvenes que creían que este fin de semana el reglamento ya era de obligado cumplimiento, según lo anunciado por el Alcalde, disfrutaban el viernes del botellón en el parque de L'Atalaya, uno de los puntos en los que se suelen reunir los aficionados al botellón.

Las bolsas del súper con las bebidas, los refrescos y los hielos estaban a la vista, a pesar de que dos efectivos la Policía Local estuvieron vigilando la zona durante la noche. Los chavales, al ver que los agentes se limitaban a observar, sacaron sus neveras y se sirvieron sus copas sin miedo. Al no estar en vigor el reglamento, la Policía no puede actuar ni prohibir el botellón.

Cuando la normativa sí esté en vigor (previsiblemente dentro de diez días), las cosas serán bien distintas. Los agentes pedirán a quienes vean haciendo botellón que se identifiquen para ver si hay menores, y después de informarles de que está prohibido beber en la calle por ordenanza municipal se les dirá que deben abandonar el lugar.

Entre los jóvenes que estaban de botellón el viernes en L'Atalaya, se encontraba un grupo de seis chicos de Toledo, concretamente de la ciudad de Torrijos. En su caso desconocían totalmente el tema de la ordenanza, ya que acababan de llegar para disfrutar de unos días de vacaciones en Ribadesella. «Al ver a los policías pensamos: si no podemos beber aquí, nos lo dirán», afirmaron los chavales, que explicaron que en su ciudad hace un año el Ayuntamiento habilitó una zona apartada del centro para que los jóvenes puedan hacer los botellones «sin molestar a nadie. Prohibirlo es imposible, entendemos que si hay casas se moleste, y la mejor opción es ofrecer un sitio en el que no se moleste, convivencia de las dos cosas», subrayaron los jóvenes.

De momento, los jóvenes riosellanos siguen practicando el botellón sin problemas. Ahora habrá que esperar a ver qué ocurre cuando la normativa entre en vigor ya que hay gente que sigue defendiendo el derecho a beber en la calle.