La localidad llanisca de Niembru lució el pasado sábado sus mejores galas para celebrar la fiesta en honor de San Pelayo. Las celebraciones religiosas comenzaron a las doce y media del mediodía con el traslado en procesión del santo desde su capilla a la iglesia parroquial de Nuestra Señora de los Dolores. Tras la misa, treinta aldeanas cantaron la tradicional reverencia, que en Niembru recibe el nombre de «El Genaro». Por la tarde se celebró una suelta de patos. La verbena de la noche hizo que la fiesta se prolongase hasta altas horas de la madrugada, informa Emilio G. CEA.