Llanes, Emilio G. CEA
Lejos de acabarse, el caos y el esperpento se mantienen en el cruce de L'Arquera. Ayer, Tráfico «movió» una señal de prohibido el paso unos veinte metros, acercándola aún más al cruce, donde se ejecutan obras correspondientes al tramo Pendueles-Llanes de la Autovía del Cantábrico. Esta decisión ha provocado que los conductores que llegan hasta la señal, situada justo después de un cambio de rasante, se encuentren en un verdadero callejón sin salida: no pueden continuar hacia el cruce. Así que o bien pisan una línea continua e invaden el carril contrario para dar la vuelta, o bien se ven obligados a circular marcha atrás unos cuarenta metros por la carretera comarcal, hasta la explanada de un concesionario de coches existente en la zona, donde ya pueden maniobrar y regresar hacia Llanes.
Si durante el pasado lunes se quitaron los pivotes de plástico que impedían el paso a los coches y la señal de carretera cortada (hasta dos veces se colocó y se volvió a retirar), y se sustituyeron por una única señal de dirección prohibida, ayer, a primera hora de la mañana, efectivos de la Guardia Civil de Tráfico, un dirigente de la Policía Local y responsables de la empresa encargada de las obras que se ejecutan en L'Arquera parecían mantener una especie de «cumbre» sobre el estado del cruce.
Tras la charla a pie de carretera, mientras dos agentes de la Guardia Civil regulaban el tráfico, impidiendo el paso hacia Santander a los muchos vehículos que lo intentaban (también había otros dos agentes regulando el tráfico en el acceso a L'Arquera desde la rotonda del Rinconín, en Llanes) se procedió a un nuevo cambio en la señalización del cruce; al mediodía se retiraba la señal de dirección prohibida que había sido colocada el pasado lunes por la tarde en la margen derecha de la calzada de incorporación a Santander desde Llanes. Y se colocaban dos, una a cada lado de la carretera, pero unos veinte metros más cerca del cruce.
Los pivotes y el cartel de carretera cortada que se colocaron el sábado pasado justo antes del cambio de rasante y que, por lo tanto, eran perfectamente visibles permitían a los conductores maniobrar y dar la vuelta, bien en la explanada del concesionario de coches, bien en la zona de entrada al parque de bomberos de Llanes. Ahora las dos señales de prohibido el paso sólo se ven tras superar el cambio de rasante, cuando ya es tarde para cualquier maniobra.
Entre tanto, los responsables de los hoteles de la zona de L'Arquera, que en total suman alrededor de medio millar de plazas hoteleras, y del concesionario de coches continúan con sus protestas por la situación del cruce. Y también por el cartel que, en la rotonda del Rinconín impide el paso hacía L'Arquera, salvo a los residentes. Este cartel, según los empresarios, provoca que decenas de clientes no se atrevan a acercarse a sus negocios, ya que deberían saltarse una señal de circulación. Las pérdidas, según los afectados, son enormes.
Por otro lado, en contra de lo anunciado por la Delegación del Gobierno en Asturias el pasado jueves antes de que se aplicaran las nuevas restricciones en el cruce -y para alivio de muchos vecinos de La Pereda y Parres-, la incorporación por el cruce de L'Arquera a la N-634 desde la carretera local de La Pereda en dirección a Santander sigue abierta. Asimismo, continúa abierta la entrada a esta localidad para aquellos vehículos que circulen en dirección Santander. La Delegación del Gobierno había asegurado que la comunicación entre la carretera de La Pereda y el cruce de L'Arquera quedaría cortada desde el pasado sábado hasta el próximo 31 de agosto.