Ridley Scott nunca estuvo en Llanes, pero lo parece. Yo también, como el replicante de «Blade Runner», he visto cosas que no creeríais. He visto una carretera comarcal en la que los conductores se topan de bruces con una señal de prohibido el paso justo después de un cambio de rasante. Atrapados: la señal delante, una raya continua a la izquierda y un talud a la derecha. Sólo hay una salida: dar marcha atrás treinta metros y meterse en la explanada de un negocio privado para dar la vuelta. Esto ocurre hoy en el cruce de L'Arquera, en Llanes. Pero he visto más. He visto un paso a nivel sin barreras en el que los trenes se paraban para que pasaran los coches. Paraba el tren, se bajaba el revisor, cuando no había coches ordenaba seguir al convoy y, finalmente, se subía en marcha. Ocurrió durante años en Puertas, en Llanes. «He visto cosas que no creeríais. Atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto Rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la puerta de Tannhäuser...», decía el replicante. ¡Bah! Para increíble lo de Llanes.