Colunga, A. HEVIA

La villa marinera de Lastres volvió a lucir sus encantos durante sus tradicionales fiestas de San Roque, que pusieron el punto final en la madrugada del pasado miércoles, después de todo un fin de semana de celebraciones. El plato fuerte fue, al igual que en anteriores ediciones, el concurso de cucaña, con catorce participantes -entre ellos dos mujeres, Fátima y Luján-, siete de ellos llastrinos.

El ganador de la cucaña de este año fue uno de los favoritos, Pedro Ballesteros, natural de la localidad colunguesa de La Isla, que consiguió llevarse otro año más el ramo. Fue el más luchador y bien mereció el premio por los golpes que recibió contra el palo engrasado y al caer al agua; sin embargo, fue abucheado por el público debido a que no llegó a arrancar el ramo con la mano, sino que lo desprendió con su cuerpo. El colungués Ballesteros repartió los 600 euros del premio con Jonás Claro, segundo clasificado, y con el ganador de la edición de 2008, Álex Gammicchia, quien ocupó la tercera plaza.

Finalizada la cucaña, se procedió a la suelta de patos, que, un año más, se cambiaron por balones de fútbol y pequeños patos de plástico, debido a la nueva normativa de seguridad marítima y a las presiones de la Protectora de Animales. No fue tan divertido como con animales de verdad, pero también dio oportunidad a los jóvenes de la villa para ejercitarse en el deporte de la natación.

Acabado este refrescante espectáculo, muchos turistas recorrieron las callejas del pueblo para conocer los escenarios de la serie televisiva «Doctor Mateo», que se graba en la villa llastrina y que ha conseguido atraer a miles de turistas en los últimos meses. La casa en la ficción del famoso doctor televisivo (interpretado por el actor Gonzalo de Castro), señalizada con letreros, fue uno de los lugares más visitados por los curiosos.

A medianoche, se quemaron los fuegos artificiales, que iluminaron la bahía y el bello pueblo marinero. Después, las orquestas «Assia» y «Dominó» animaron el baile, que continuó hasta las siete de la mañana, hora en la que se soltó la traca que ponía el punto final a las celebraciones.