Villaviciosa, Bárbara MORÁN

La costa oriental asturiana es un paraíso para los geólogos y los paleontólogos. Gabriela Mángano y Luis Buatois son dos geólogos argentinos que imparten clase en la Universidad de Saskatchewan, en Canadá, y los últimos científicos del panorama internacional que han decidido descubrir la riqueza geológica de la costa oriental de la mano de José Carlos García-Ramos, director científico del Museo del Jurásico de Asturias (Muja) y de su compañera de departamento, la paleontóloga Laura Piñuela.

«Lo más espectacular de la geología de Asturias es su gran riqueza y que en un radio de poca distancia puedes observar restos del Jurásico y del Devónico. Es un auténtico paraíso», subrayaron los argentinos. Pero lo mejor de todo, según estos expertos, no es sólo ver en directo los restos sino su «espectacular conservación» y la posibilidad de salir a dar una vuelta y, en un radio de treinta kilómetros, encontrar desde restos del Jurásico hasta legados del Devónico, un período de tiempo que supone el paso de la friolera de 380 millones de años.

«En la Argentina, hay que hacer 3.000 kilómetros para ver las diferentes etapas, y ni hay todos los períodos como aquí, ni están tan bien conservados», subrayaron los científicos del país del Plata.

La costa oriental asturiana es «muy rica en materiales geológicos, ya que tenemos de todas las etapas, motivo por el cual tenemos mucho trabajo y hay mucho por rescatar», destacó García-Ramos, quien ayer, junto a Piñuela, acompañó a los científicos argentinos a la playa España, en el concejo de Villaviciosa, para mostrarles algunas huellas, así como restos de vertebrados e invertebrados.

Nada más iniciar la expedición, el equipo de expertos se detuvo en una gran roca que a simple vista, para los ajenos al mundo de los fósiles, podría haber pasado desapercibida. Pero estos «buscadores de tesoros» jurásicos se sentaron alrededor de la gran piedra porque en ella hallaron decenas de datos relevantes sobre cómo era el ecosistema de hace millones de años. Los geólogos y los paleontólogos exprimen una gran piedra para responder a preguntas aparentemente sin respuesta.

El equipo de García-Ramos no sólo se dedica en cuerpo y alma a rescatar patrimonio geológico sino que, con las huellas de los dinosaurios, logra saber por qué pasaban por allí, cómo se relacionaban y, en definitiva, cómo vivían aquellos gigantescos y a la vez entrañables seres que campaban a sus anchas por la Tierra hace millones de años. «Es increíble el hallazgo de restos de arenícolas marinas (xorra jurásica). Son únicos en el mundo. Su trabajo es buenísimo», destacó Buatois.

Durante el verano, especialistas de todo el mundo visitaron al equipo científico del Muja para ayudar a clasificar los más de 3.000 legados geológicos que García-Ramos y sus compañeros rescataron de la costa. Los asturianos se han juramentado para evitar que el mar destruya rocas que desvelan cómo era la Tierra hace millones de años.