Cangas de Onís, Ramón DÍAZ

El veneno no ha desaparecido del parque nacional de los Picos de Europa. Un informe interno revela que entre 1995 y 2007 Parques Nacionales y el Principado hallaron 18 animales de diversas especies silvestres envenenados en los Picos de Europa. Entre las sustancias tóxicas detectadas en los cadáveres figuran la estricnina y el cianuro. El estudio desvela asimismo que los atropellos suponen el 30 por ciento de las causas de muerte de animales identificadas en el interior del parque nacional.

Un veterinario contratado por el parque nacional realizó durante 12 años (entre 1995 y 2007) un detallado seguimiento sanitario en las poblaciones de fauna silvestre y doméstica del parque nacional. Desde 1998 hasta 2007 se realizaron necropsias o se tomaron muestras a 151 cadáveres de distintas especies de animales silvestres. Además se tomaron muestras a 5 perros domésticos sospechosos de haber sido envenenados. El mayor porcentaje de animales silvestres con los que se trabajó son: el rebeco, el zorro, el corzo, el tejón, el buitre leonado y el lobo, además de lepóridos, mustélidos, aves rapaces de distintas especies y córvidos.

Las investigaciones sobre envenenamientos fueron realizadas tanto por Parques Nacionales como por los gobiernos autonómicos de Cantabria, Castilla y León y Asturias. El Parque investigó 18 animales de distintas especies, de los que confirmó la intoxicación en 8. Además, el Parque analizó 4 cebos y confirmó la presencia de toxinas en 3. Los gobiernos regionales de los Picos, por su lado, investigaron la muerte de 10 animales y confirmaron que todos ellos murieron envenenados. El único cebo analizado en este caso también tenía sustancias tóxicas.

El aldicarb, la estricnina, los carbofuranos, el paration y los cianuros fueron algunas de las sustancias tóxicas halladas en los cadáveres encontrados en el interior del parque de los Picos de Europa.

El informe de las autoridades del Parque revela que el 30 por ciento de los animales cuyos cadáveres fueron analizados murieron como consecuencia de atropellos. En el 23 por ciento de los casos no fue posible determinar la causa de la muerte debido al avanzado estado de descomposición de los cadáveres o porque habían sido parcialmente aprovechados por necrófagos. Las enfermedades de origen parasitario e infeccioso, entre las que destaca la sarna sarcóptica del rebeco, están detrás de la muerte del 12 por ciento de los animales analizados. Otras causas de muerte, con una incidencia menor del 10 por ciento son: por despeñamiento, por ataques de predadores, por estrés relacionado con las capturas y por peleas entre ejemplares de la misma especie. También se produjeron algunas muertes en el interior del Parque debido a traumatismos por causas indeterminadas, así como controles de población (de lobo y de jabalí) por parte de Parques Nacionales.