Bustio (Ribadedeva),

Rebeca AJA

El cierre del caladero de El Cachucho ha hecho mella en el puerto de Bustio. Solo en 2009, la Cofradía de Pescadores calcula que los ingresos han mermado hasta un 60 por ciento desde que, el 2 de enero de 2009, el «Boletín Oficial de Estado» (BOE) publicara la orden ministerial por la que se aprobaban las medidas para la protección de la zona marina de El Cachucho. Entonces, el caladero se convertía en la primera área con ese tipo de protección en toda España.

Tres barcos de la flota local faenaban habitualmente en El Cachucho, fundamentalmente buscando rape, la especie «estrella» en la lonja más oriental de Asturias y la que más ventas e ingresos genera a lo largo del año.

La decisión de cerrar el caladero de El Cachucho generó, en su día, un profundo malestar entre los pescadores asturianos. Entre otras cosas porque no quedaron comprometidas ayudas económicas. «No nos han dado indemnizaciones ni han buscado otro caladero alternativo», afirmó el patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Bustio, Felipe Peñil Vázquez.

Pero si primero fue El Cachucho, ahora es un nuevo recorte. «Con la veda de doscientos metros ya nos echan», comentó Peñil. Se refiere a la ley comunitaria que desde la jornada de ayer prohibe arrojar rascos y volantas a una profundidad mayor de doscientos metros, aunque la flota asturiana está pescando con una autorización provisional hasta los seiscientos metros. Se trata de un permiso a España como estado miembro de la Unión Europea. La normativa afecta a la flota que se dedica al pixín, la merluza de volanta, la lubina y algunas especies de mariscos. Entre los puertos más perjudicados, los de Luarca, Lastres y Bustio, donde el rasco o rascu es una de las artes más empleadas.

El año 2010 pinta muy revuelto. El 1 de febrero, explicó Peñil, terminará la autorización provisional comunitaria para faenar entre los 200 y lo 600 metros, con la que los armadores ribadedenses están trabajando en la zona de El Cañón de Llanes y Los Reviros. «En cuanto retiren la autorización, los barcos en tierra», comentó el patrón mayor de Bustio. El 1 de febrero de 2010 expira ese permiso comunitario y quedará establecida la prohibición aprobada el pasado mes de octubre, de 200 metros. Pero ya desde ayer se ha cerrado la veda del rape para rasco y volanta hasta junio, sin alternativas. «Antes esto se asumía porque se iba a otros caladeros», señaló Felipe Peñil. Ahora la alternativa de El Cachucho ya no existe.

«Están echando los barcos a la ruina -continuó- nos dejan trabajar de dos millas a cinco millas, pero ahí no hay pesca. Ni rape ni merluza», concluyó el patrón mayor de Bustio. La crisis económica, los precios y el que no existan paros biológicos suman un cóctel explosivo para el sector.

El Cachucho es una gran montaña submarina situada a unas 36 millas marinas de la costa, a la altura de Ribadesella, en la que se ha encontrado una extraordinaria biodiversidad con casi 600 especies registradas, dos de ellas nuevas para la ciencia. El altiplano marino surge por su lado Norte desde una profundidad de 400 metros, hasta alcanzar los 450 bajo el nivel del mar en su parte más elevada y los 600 en sus escarpes hacia la sima. A partir de ahí, cae en picado.