Ribadesella,

Bárbara MORÁN

El Ayuntamiento de Ribadesella retirará los bolardos que se instalaron en la calle Comercio hace unos meses cuando esta céntrica vía de la villa fue reformada y semipeatonalizada. Y éste no será el único cambio que se aplicará en la citada calle. El equipo de gobierno local, integrado por la coalición PSOE-IU, también ha decidido que en cuanto se habiliten más zonas de aparcamiento en la villa se procederá a cambiar el sistema de aparcamiento en la calle Comercio para que los vehículos se sitúen en línea o cordón en lugar de en batería. Todos estos cambios son el fruto de seis meses de uso y observación del resultado obtenido con las polémicas obras. El pasado mes de julio la vía fue abierta al tráfico con su nueva imagen semipeatonal y las críticas, tanto vecinales como de la oposición, no tardaron en surgir.

Juan González Martino, concejal de Obras de Ribadesella, reconoció ayer que «definitivamente, no se han logrado cumplir las expectativas iniciales de la obra, sobre todo en materia de funcionalidad», al tiempo que añadió que ahora el objetivo prioritario del Gobierno es enmendar «aquellos aspectos técnicos que no han satisfecho las necesidades de la calle». Con el firme propósito de reparar los errores y de ofrecer a la céntrica vía una imagen, servicios y funcionalidad mejores que los obtenidos con las comentadas obras de semipeatonalización, el gobierno local ha decidido aplicar una serie de cambios necesarios para lograr el aprobado con nota de los vecinos.

Los bolardos que se instalaron en la calle Comercio fueron sin duda uno de los aspectos de la obra más rechazados por vecinos y políticos de la oposición. Su diseño en forma de una especie de espada con terminación redondeada no gustó desde el principio. Martino precisa que son elementos homologados, pero que serán sustituidos por otro modelo más robusto y menos «afilado» con el fin de evitar accidentes y aplacar la «conocida alarma social» creada.

Otro aspecto de la reforma de la calle Comercio que disgustó desde el principio a la mayoría de los vecinos fue el sistema de aparcamientos en batería. Dada la estrechez de la vía coches grandes como las rancheras y todoterrenos se encuentran con serias dificultades para estacionar y maniobrar y muchas veces deben invadir la acera destinada a peatones para encajar su vehículo en una de las plazas.

Una obra polémica.

Fecha del fin de la reforma.

La vía se abrió de nuevo en el mes de julio.

Elemenos polémicos.

Los bolardos instalados en la via, el bordillo que separa la zona peatonal de los aparcamientos y la distribución de las plazas para estacionar fueron los puntos más criticados.

Coste de la obra.

La obra costó 203.000 euros financiados con los fondos del Plan E.