Cangas de Onís,

Alba SÁNCHEZ R.

Nicoleta Ionela Turco llegó en septiembre de 2008 a Cangas de Onís, donde vive con sus padres y un hermano. No sabía hablar español y cuenta con un 65 por ciento de discapacidad. Pocos confiaban en que esta joven rumana lograse integrarse sin problemas en el Instituto Rey Pelayo y poder superar el curso académico. Pero lo ha hecho, y con creces.

La joven recogerá mañana el premio al esfuerzo otorgado por la Consejería de Educación, junto tres estudiantes más de todo el Principado de Asturias. Nicoleta Ionela fue propuesta por el centro educativo por su tesón, las horas de dedicación al estudio y la progresión extraordinaria desde que el pasado mes de septiembre de 2008 experimentó. Los responsables del centro alaban su disposición y las ganas de superarse para conseguir no sólo los objetivos del curso, sino más.

Y es que superó las clases con nota. En junio pasado Nicoleta Ionela consiguió la calificación de ocho en cuatro asignaturas, tres sietes y dos cincos, éstos últimos en Lengua y Educación Física. Ayer, siempre con una sonrisa en el rostro, no pudo ocultar sus nervios y emoción. La joven recordó sus inicios en el centro educativo cangués cuando todo era nuevo para ella: el idioma, el clima, los amigos... Sus palabras siempre son de agradecimiento para su familia, el profesorado del centro y, en especial, para su compatriota Florin Tugui, de su misma edad y en su mismo curso escolar, que le ayudó con el idioma en sus inicios en todas las asignaturas.

Pero ella quería llegar más lejos, quería ser más independiente y le dedicó mucho tiempo a estudiar castellano para poder valerse por si misma en los estudios. Reconoce que ya tiene bastantes impedimentos por los problemas de salud que padece -entre otros grandes dolores de cabeza, derivados de su dolencia-, pero como comenta: «Me tomo una tila, me tranquilizo y vuelvo a empezar».

Nicoleta Ionela no se da por vencida, no quiere que su enfermedad -sufre Mielomeningocele medular lumbosacro (espina bífida) e hidrocefalia-, le aparte de su ilusión de seguir aprendiendo. «No sé por dónde me llevarán los estudios», señala. «Pero me gustaría cursar filología hispánica o psicología, después de finalizar los estudios de bachillerato de humanidades».

Los representantes del centro que la acompañarán mañana en la entrega del premio lo tienen claro: Nicoleta conseguirá todo lo que se proponga lo sacará con nota por el esfuerzo y el empeño que pone en las cosas. Sus compañeros aún ayer desconocían que era la ganadora del galardón que otorga el Principado, ya que es un poco tímida y no deseaba protagonismo.

Hoy cumple 18 años y como regalo al alcanzar la mayoría de edad, tendrá el reconocimiento a su duro trabajo. «No me imaginaba que podría ser tan bonito y recompensante», señala. Sabe que recibirá un ordenador portátil, lo que le ayudará un poco más en su lucha por superarse a si misma. El Instituto cangués suma ya cuatro premios de este tipo que han recibido sus alumnos desde que hace una década el Principado implantase este galardón para destacar la labor de aquellos que combaten las barreras y se superan día a día.