Un día normal

Antonio Gómez empezó a sentirse mal después de tomar un colacao con galletas en el refugio. Decidió llamar a emergencias después de sentir un fuerte dolor en el pecho y mareos.

La llamada

El cocinero del Urriellu llamó al 112 Asturias al filo de las doce de la noche del martes. El hombre sabía lo que le estaba pasando: un infarto.

La angustia de la espera

Gómez contaba con que el equipo de rescate tardaría unas seis horas en llegar. Al final fueron diez. La espera se le hizo eterna. El cocinero se recupera ahora en el hospital.