Lastres / Poncebos / Beleño,

B. MORÁN / R. AJA / R. DÍAZ

Pillados por el apagón. Así se han quedado cerca de un millar de personas en la comarca oriental asturiana tras el cese de la señal analógica y la llegada de la televisión digital terrestre (TDT). Demasiadas zonas de sombra. La nueva señal no llega a varios pueblos de los municipios de Cabrales y Ponga, ni tampoco a buena parte de la villa de Lastres y su entorno. Los afectados protestan. Se quejan del alto precio (unos 1.000 euros) que costaría la solución, vía satélite, que les propone el Gobierno del Principado. Y planean crear una plataforma comarcal para exigir la colocación de repetidores.

El «apagón analógico», ocurrido el pasado día 2, dejó sin televisión a los vecinos de las localidades de Viboli, Casielles, La Güera y El Cándano, en Ponga. El alcalde, Cándido Vega, recibió el pasado viernes a los vecinos afectados con el fin de transmitir a la Administración regional la situación, que el propio regidor tildó de «denigrante y vergonzosa». Argumentó que es «injusto que unos reciban la señal gratis y otros tengan que pagar por este servicio». El regidor indicó que los afectados pagan sus impuestos «como los que viven en la calle Uría, así que la Administración debe garantizar su acceso a la televisión». Vega añadió: «Vetar un servicio o ni siquiera molestarse en que llegue a todos los ciudadanos es impropio de una democracia». Calificó de «lamentable» la gestión del Principado en torno a la TDT, porque «a pesar de sus promesas sigue sin llegar a todos los asturianos como debería ser».

El Alcalde, en sintonía con los vecinos, defendió la instalación de un repetidor que lleve la señal a estos núcleos. «Cueste lo que cueste, la obligación de los gobernantes es acercar este servicio a todos los ciudadanos, sin discriminación ni excepciones», argumentó Vega.

A las críticas del edil asturianista se sumaron las de varios portavoces de los vecinos afectados. Mariano Hortal es vecino de Casielles y en su casa, como en el resto del pueblo, están sin televisión desde hace casi un mes. «Los técnicos dicen que quizás una antena parabólica o satélite sirva, pero cuesta mucho y la mayoría de los vecinos son jubilados que disponen de cortas pensiones», destacó. Manuel Hortal, vecino de Viboli, recordó que todos los ciudadanos deberían «ser iguales a la hora de acceder a un servicio como éste. Sinceramente, nos sentimos un poco abandonados», subrayó este pongueto, dispuesto a crear una plataforma de afectados de toda la comarca. Eduardo Rivero vive en La Güera y aseguró que «lo más lamentable» es que «nadie informó de nada, pese a que somos asturianos y contribuyentes, igual que el resto».

En Cabrales, vecinos y empresarios de las localidades de Poncebos y Camarmeña ya suman tres semanas «en blanco. Los vecinos y los seis establecimientos hosteleros de Poncebos y Camarmeña, pueblos enclavados en el parque nacional de los Picos de Europa que suman 120 plazas de alojamiento, se quejan de la falta de información y, sobre todo, de la ausencia de soluciones. Unos y otros aseguran haber intentado poner remedio a través de los diferentes servicios técnicos a los que han sido derivados tras una cascada de llamadas telefónicas.

«Lo que yo quiero es que nos expliquen algo», aseveró Aurora Sobero, del hotel restaurante Garganta del Cares. Lo dijo después de haber realizado seis consultas telefónicas, la última al Ayuntamiento, por indicación de la llamada inmediatamente anterior y después de seguir las instrucciones de las cuatro precedentes, además de marcar el teléfono de atención al consumidor. «Total, que sigo igual que estaba», afirmó. «Hasta ahora estábamos encantados con la señal del repetidor, se veía la televisión de maravilla, pero nos han quitado lo que teníamos para dejarnos sin nada», añadió Ramiro Campillo, del hostal Poncebos.

Los técnicos les han asegurado que la falta de señal tiene que ver con la ubicación del actual repetidor, «que no coge el satélite Astra porque lo tapa la montaña de Peña Maín», señaló Campillo. Desconocen el coste de un cambio de repetidor, pero es lo que creen que debe hacerse, «porque a cuatrocientos metros, en la subida a Camarmeña, ya se evita la peña. No vamos a aceptar que sea a iniciativa de cada propietario», añadieron los afectados. Además, desde el punto de vista hostelero, la crítica tiene que ver con la inversión necesaria para que en cada habitación haya una recepción individualizada de la señal digital, explican los empresarios.

En Camarmeña, el problema de la recepción de la señal va por barrios. A la entrada del pueblo, en el bar de La Fuentina, se ven algunos canales, y todo por la estratégica ubicación de este establecimiento: prácticamente en línea con la canal del Texu , por donde se «cuela» la señal del repetidor de Bulnes. Sin embargo, en el otro extremo de Camarmeña, en la zona del bar Casa Lobeto, la mole maciza de Peña Maín se interpone y deja esa zona sin televisión digital terrestre.

En Lastres, Luces, Loroñe, Puente Agüera y Libardón, en el concejo de Colunga, la mayoría de los vecinos sigue sin recibir la señal digital o le llega de forma inestable y muy mala calidad.

Víctor Hazas, vecino de Lastres, ha impulsado una encuesta vecinal que refleja que la mayoría de los hogares llastrinos está sin tele. La indignación es el sentimiento más frecuente entre los afectados, que dejaron de ver la televisión el 16 de marzo, cuando cesó la señal analógica en la vecina Cantabria, desde donde recibían la señal estas localidades desde hacía décadas. Los llastrinos se sienten «discriminados» y reclaman un centro reemisor en la antena de San Roque, actualmente repleta de parabólicas que los vecinos desconocen a qué empresas dan servicio.