Lastres (Colunga), B. MORÁN

Preferiblemente es mejor no ponerse malo ni los martes, ni los jueves en Lastres, ya que en estos días no hay médico en el consultorio del pueblo. A la situación de disponer de atención médica solamente los lunes, los miércoles y los viernes se suma ahora que cada semana los pacientes son atendidos por un facultativo distinto. Este «baile» de médicos trae de cabeza a los llastrinos, que llevan en esta situación más de un mes.

«Una semana viene un médico y la siguiente otro distinto; así estamos desde que el médico que tenía aquí plaza se fue y aún seguimos sin sustituto». Así resumía la situación del consultorio médico de Lastres una de sus usuarias. Honorina González destacó que, a pesar de que hay servicio de atención médica en el ambulatorio local, éste es «inestable» desde que se fue el médico que tenía la plaza, ya que «sólo pasan consulta tres días» a la semana.

Otros usuarios comparten las críticas de González y exigen que Lastres disponga de unos servicios sanitarios «propios de este siglo» y «ajustados a nuestras necesidades, ya que la mayoría de la población es mayor», denunció el llastrín Víctor Hazas, que añadió que el consultorio actual se ha quedado «obsoleto y pequeño» y que es necesario «cumplir con la promesa hecha hace dos años de habilitar uno nuevo».

Sin el prometido consultorio, con médico sólo lunes, miércoles y viernes y con facultativos diferentes cada semana, los llastrinos exigen más atenciones y mejor asistencia sanitaria. Exigen, sobre todo, estabilidad al servicio.

«Obviamente, confiamos en cualquier médico que venga, son profesionales, pero la cercanía es importante cuando estás enfermo. Y creo que en materia sanitaria debe haber estabilidad», aseguró la llastrina Avelina Victorero. A todo esto se suma la paradoja de que en un pueblo que ha saltado a la fama gracias a un médico ficticio, el ya famoso «Doctor Mateo», esté actualmente sin un galeno fijo.

Los llastrinos quieren tener su propio «doctor Mateo», un médico fijo que pase consulta diariamente y, en definitiva, que les aporte estabilidad y atención diaria. Casualmente, ayer era jueves y no había medico en el ambulatorio. En un negocio local, una turista sufrió un fuerte ataque epiléptico y, como no había médico en el consultorio, una ambulancia tuvo que acudir a la zona con el facultativo de Colunga para asistir a la joven. Situaciones como ésta «no pasarían si tuviésemos un médico fijo», lamentan los vecinos.