Oviedo / Llanes

El fiscal de Medio Ambiente del Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA), Joaquín de la Riva, ha solicitado penas que suman seis años de prisión para un empresario de La Pesa de Pría (Llanes) y un empleado suyo, como presuntos autores de un delito contra los recursos naturales y el medio ambiente. El fiscal, en su escrito de calificaciones, achaca a R. I. G. y A. C. R. los vertidos de purines realizados en varias zonas de Pría, al menos, entre mayo de 1999 y septiembre de 2008, y solicita una pena de tres años de prisión para cada uno de ellos.

R. I. G. era, según De la Riva, la persona que decidía el destino de los estiércoles y purines producidos por los animales que se criaban en una explotación de la que era máximo responsable, mientras que el segundo era quien materialmente realizaba los vertidos a cambio de dinero. La cantidad de purines vertidos asciende, según la fiscalía, a 4.160.000 litros al año. Estos vertidos tienen la capacidad potencial o aptitud de provocar «un grave riesgo para el medio ambiente y para la salud de las personas», según indica De la Riva.

El fiscal pide también para los acusados la inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena, así como una multa de 18 meses, a razón de 18 euros de cuota diaria (lo que suma 16.200 euros), e inhabilitación especial para la profesión de criador de ganado durante dos años.

Asimismo, el fiscal reclama que los acusados retiren los estiércoles y purines en las zonas de vertido y la limpieza de dichas zonas. Si esto no resulta posible, el fiscal pide que la limpieza se ejecute a costa de los acusados y con la responsabilidad civil subsidiaria de la empresa de la que es responsable R. I. G.

El fiscal señala en su escrito de calificaciones que los acusados realizaron durante más de nueve años el vertido de unos 12.000 litros diarios de purines, correspondientes a los generados por entre 400 y 500 cerdos y unos 150 terneros. «Así, se llegó a colmatar una sima en la zona de Los Pindales», señala de la Riva. A partir de la colmatación de esta fosa, efectuaron los vertidos en otras dos zonas, en una de las cuales «se observa toda la vegetación muerta», señala el fiscal. Los acusados vertían unas 20 cubas semanales, de unos 4.000 litros cada una, lo que supone unos 80.000 litros semanales y 4.160.000 litros al año.

La zona de los vertidos pertenece a la masa de agua subterránea Llanes-Ribadesella, y afecta al acuífero costero de Ribadesella y, en concreto, a la Formación Valdeteja, que constituye un curso de agua «potencialmente importante» debido a su notable permeabilidad, indica el fiscal, quien solicita la declaración de varios testigos, entre ellos algunos agentes del SEPRONA, así como informes periciales de diversos expertos, incluidos geólogos, ingenieros y toxicólogos.