Poo de Llanes,

María TORAÑO

Claveles blancos, lirios de agua (conocidos como calas o mantos), hojas verdes de palma y todo tipo de flores y adornos vegetales llenaron ayer la localidad llanisca de Poo para celebrar la Sacramental. Desde la iglesia local arrancó la procesión sobre doce y media del mediodía a través de las calles, algunas de las cuales vestían engalanadas con arcos florales para la ocasión. También se confeccionaron dos altares en los puntos de Mediavilla y Parás, en los que se detuvo la comitiva para realizar una oración. El gaitero Cristóbal García y el tamboritero Diego Purón acompañaron el desfile.

Las flores también acompañaron durante la procesión a la joven Andrea Torre Peral, quien llevaba una cesta con pétalos de diferentes colores que iba dejando caer a su paso. Esta niña y el pequeño Diego Marcos Remis fueron los protagonistas de la jornada y encabezaron el pasacalles muy formales con sus trajes de primera comunión, acompañados de sus familiares y vecinos. Eran muchos los que ayer recordaban otras épocas en las que se juntaban cerca de medio centenar de críos para comulgar por primera vez en la Sacramental, por todo el pueblo surgían decenas de altares floreados y se competía por ver cuál era el mejor del año.

A pesar del descenso de la natalidad, Poo continúa celebrando esta tradicional fiesta cada año y los oficios religiosos se completaron por la tarde con juegos infantiles y una parrillada popular para todos los vecinos. La jornada continuó con una verbena amenizada por la actuación de dos conjuntos.