Los piloñeses se volcaron ayer en el funeral con la familia de Eduardo Valero, el joven de Infiesto que fue atropellado mortalmente la noche del viernes en Candamo. Su hermano Alberto (en el centro de la imagen) llegó a la iglesia parroquial, poco antes de las cinco de la tarde, portando emocionado las cenizas. De muy de cerca le seguían los padres y el otro hijo del matrimonio (en la foto, a la derecha, de perfil, el hermano pequeño y la madre). Amigos, conocidos y vecinos en general lloraron al joven, muy apreciado en el municipio, informa M.M.