Arenas (Cabrales),

Bárbara MORÁN

Oler, mirar, morder, tragar y votar. Son, a grandes rasgos, los pasos de una cata del queso de Cabrales, un arte del que ayer aprendieron muchos secretos todas las personas que se acercaron a la plaza de Arenas de Cabrales para disfrutar de la I Jornada de cata popular del cotizado queso azul. Una cita novedosa que se enmarca dentro de las II Jornadas gastronómicas del quesu cabrales y la carne ecológica de Reciella.

Tres quesos de Cabrales con características distintas como el tiempo de maduración o el tipo de leche empleada y sin etiquetas, identificados como el queso A, B y C, se enfrentaron a un jurado bien distinto del que suele juzgarlos en los certámenes, ya que ayer fueron los propios consumidores los que se convirtieron en expertos catadores por un día y descubrieron cómo se analiza sensorialmente este producto.

Isabel Marcos, bióloga del Consejo Regulador de la Denominación de Origen del Cabrales, fue la encargada de guiar a los participantes en la cata, dándoles las directrices básicas para poder valorar con justicia el famoso queso. Esto es, la textura en la boca, la apariencia externa, su sabor, el olor, el regusto que deja el manjar en el paladar y su persistencia, que denota la calidad del queso, ya que cuanto mejor es el cabrales más tiempo permanece su sabor en el paladar del afortunado que lo ha catado.

«Es una cata que no recoge todos los conceptos científicos que suelen tener en cuenta los catadores profesionales pero sí las principales guías para que conozcan cómo se valora el queso y qué aspectos o rasgos deben tener en cuenta», explica Marcos.

Armados con una revista informativa sobre el cabrales y su cata y provistos de una encuesta sobre el queso en la que se podían valorar todos los aspectos del manjar, un concurrido público se animó a probar la experiencia.

«Nos ha parecido muy divertido y ahora sabemos mejor cómo valorar el cabrales antes de comprarlo, ha sido genial», dijo Laura Estévez, natural de Madrid. Otros catadores por sorpresa también valoraron muy positivamente la actividad, como los toledanos Óscar Carmona y Marta Otero. «Ha sido muy interesante, nos quedamos con el queso C por su textura y sabor, que no es muy fuerte ni muy suave, perfecto para nuestro gusto quesero», destacaron los turistas.