Vilamayor (Piloña) / Oviedo,

B. MORÁN / R. DÍAZ

El cierre de la fábrica de Chupa Chups en Villamayor es «irreversible», ya que la decisión ha sido «profundamente meditada y estudiada». Es el contundente mensaje que lanzaron ayer los representantes de la marca de caramelos, a los representantes sindicales de UGT, CC OO y USO, y a los miembros del comité de empresa, con los que se reunieron en Oviedo. La directora de recursos humanos de la planta de Chupa Chups en Barcelona, Inma Bilbao, y el director ejecutivo de Chupa Chups España, Albert Villa, entregaron a los representantes sindicales un informe de 177 páginas, elaborado por una empresa consultora madrileña, en el que se justifica el cierre de la planta de Villamayor con las pérdidas que registra el grupo en toda España. Chupa Chups propone recolocar en Cataluña a 68 trabajadores de la fábrica piloñesa, 60 operarios y 8 técnicos y administrativos.

La empresa confitera presentará a finales de este mes un expediente de regulación de empleo (ERE) que afectará «a toda la plantilla» de la planta de Villamayor, según adelantaron los directivos de Chupa Chups. No hay vuelta a tras: el cierre es «irreversible», señalaron los representantes de la empresa confitera, quienes dijeron a los sindicalistas que «de nada servirán ni las movilizaciones, ni la quema de ruedas para cortar carreteras». La respuesta de los sindicatos asturianos fue un escueto «ya veremos» y una advertencia: «tenemos más cartas en la mano» No aclararon más.

El informe de la empresa, que lleva por título «Plan de Racionalización de la estructura industrial de Chupa Chups en España» señala que la planta de Villamayor tiene «pérdidas continuas», pero al presidente del comité de empresa de la planta piloñesa, Ovidio Solares, estos datos económicos «no nos cuadran», por lo que serán analizadas de forma «exhaustiva» por los economistas de los sindicatos.

«Nada más se habló porque ni se presentó el Plan Social que la empresa vendió cuando anunció el cierre de la planta, y que ahora se ha convertido en un ERE», criticó Solares, quien defendió que la planta de Villamayor, pese a lo que asegura la empresa y a su «hermetismo», está «en números verdes».

Marisa Gómez, dirigente de Unión General de Trabajadores (UGT), aseguró que salió de la reunión con los directivos de Chupa Chups, «igual que estaba». Aseguró que el cierre de la fábrica de Villamayor es «una deslocalización pura y dura», y aseguró que «buen ejemplo» de ello es que durante la reunión la empresa insistió en que los costes laborales de los trabajadores de la planta de Piloña son más elevados que los de las fábricas de la marca en Rusia y México o Vietnam.

La sindicalista de UGT adelantó que no aceptará un plan social y criticó que el cierre en Villamayor se pretenda justificar con las pérdidas del grupo en España, donde tiene otras dos plantas: la central de Sant Esteve de Sesrovires, en Barcelona, y la de Villafranca de Ebro, en Zaragoza, dedicada exclusivamente a la fabricación de caramelos de la marca Smint.

José Antonio Iglesias, de Comisiones Obreras (CC OO), descartó que el cierre se deba ni a problemas de competitividad ni de rentabilidad de la planta piloñesa. «No han demostrado que Villamayor sea menos rentable. Es un problema de grupo», añadió. ¿Por qué entonces se opta por cerrar en Asturias y no en Cataluña o en Aragón? Según Iglesias, Aragón se salva «de momento» porque es una fábrica mucho más pequeña, con apenas veinte empleados. En cuanto a la elección de Cataluña se debe a que la decisión de cerrar es «política, y no económica», destacó.

El secretario general de Unión Sindical Obrera (USO), Ángel Suárez, destacó que la multinacional defiende el cierre argumentando que es necesario «concentrar la producción en la factoría de Barcelona, pero no por criterios de poca rentabilidad de la planta de Villamayor, porque eso seria mentir». Según Suárez, todo lo que ayer expusieron los directivos de Chupa Chups son «excusas baratas», porque «la planta de Piloña es rentable, competitiva y tiene calidad. Lo tiene todo», añadió.

La empresa desveló en la reunión que desde el punto de vista logístico también resulta más rentable fabricar sólo en Barcelona. «Puse en entredicho esas disculpas, porque el Musel nada tiene que envidiarle al puerto catalán, y por carretera, más de lo mismo», defendió Suárez, quien aseguró que los planes de Chupa Chups son «una judiada y una absoluta barbarie para el concejo de Piloña y para Asturias». Añadió que «jamás» aceptarán un ERE.

Los sindicatos anunciaron movilizaciones para evitar el cierre. Hoy, a la una de la tarde, habrá una asamblea de trabajadores. Después, los días 21 y 24 habrá nuevas reuniones con la empresa.

«El cierre de la fábrica de Chupa Chups en Villamayor es una deslocalización pura y dura»

<Marisa Gómez >

Unión General de Trabajadores (UGT)

«Las cuentas de Chupa Chups que hablan de pérdidas continuas en Villamayor no nos cuadran»

<Ovidio Solares >

Presidente del comité de empresa

«La decisión de Chupa Chups de cerrar en Asturias y no en Cataluña es política, no económica»

<José Antonio Iglesias >

Comisiones Obreras (CC OO)

«La planta de Chupa Chups en Piloña es rentable, competitiva y tiene calidad; lo tiene todo»

<Ángel Suárez >

Unión Sindical Obrera (USO)