Colombres (Ribadedeva),

María TORAÑO

Graeme Hardy es inglés y tiene una moto de 1924 decorada como un tablero de ajedrez. Un «tuneado» de casi noventa años, pensará alguno. Pero Hardy se encarga de emular a George Shuttleworth, el protagonista de la película «No limit» que encarnó George Formby en 1935 y que es un auténtico clásico entre los aficionados a las dos ruedas. Precisamente por eso, ayer en Colombres la cola de personas para sacarse fotos con Hardy y su mítica moto o pedirle autógrafos era extensa. Y es que la capital de Ribadedeva se convirtió un año más -y van veintitrés- en el centro de la concentración internacional de motos clásicas.

En total, participan este año más de 700 inscritos y casi la mitad son ingleses. Además de los españoles, también acuden al encuentro de apasionados por las motos clásicas franceses, belgas, italianos, portugueses y alemanes, entre otros. Marta Hierro y Jaime Suárez, cántabros de Torrelavega, tienen una moto moderna, pero les encantan las clásicas y procuran no faltar ningún año a la cita de Colombres. «El año pasado no vinimos y éste ya nos picaba el gusanillo, así que nos organizamos para no volver a perdérnosla», explicaron. Para ellos, lo mejor es el ambiente y la cantidad de «joyas» de dos ruedas que te encuentras.

Aparte de disfrutar de las motos, los asistentes pudieron degustar una paella gigante que Emilio y Vicente Quintana, de Santander, prepararon para dar de comer a unas 1.000 personas. Nada mejor para reponer fuerzas después de participar en las salidas programadas o para prepararse y correr la IX Subida Cronometrada Bustio-Colombres. Los actos concluyen hoy con una salida de 169 kilómetros por el corazón de los Picos de Europa. La intención es recorrer las carreteras interiores de la comarca y regresar para comer una fabada de despedida.