Nuevo comienzo

La planta embotelladora de Agua de Quess reanudó su actividad a mediados de 2008, tras más de siete inactiva. La planta fue reabierta por el grupo Surespaña Gestión de Manantiales S.L., propiedad de la familia Zapico con la intención de potenciar la marca e introducirla dentro del mercado no sólo provincial sino nacional.

Inversión y empleos

La familia Zapico realizó una fuerte inversión, apoyada con ayudas de los fondos mineros, y en poco tiempo alcanzó la veintena de trabajadores. Sin embargo, en pocos meses comenzaron los problemas.

Despidos y cierre

La empresa despidió a varios trabajadores, a los que después tuvo que readmitir para realizar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE). A principios de 2009, después de que la empresa adquiriera la planta catalana de Font Selva, los trabajadores inician acciones judiciales para reclamar el abono de sus salarios y, a mediados de ese mismo año, la planta cierra, dando paso a una serie interminable de juicios.