San Román (Piloña),

Lucas BLANCO

Los dirigentes de la Consejería de Cultura están convencidos de que los restos arqueológicos hallados en Argandenes (Piloña) pertenecen a una villa romana. Este convencimiento, que aún no se ha visto refrendado con nuevos hallazgos pero sí con varios indicios, llega un día después de que LA NUEVA ESPAÑA desvelara que se habían hallado dos tumbas romanas en la zona de La Llabrea, en el núcleo rural de Argandenes, situado en la parroquia piloñesa de San Román. El descubrimiento de un muro de contención hace prever que el osario hallado se extienda, alejándose de la zona donde se ejecutan las obras del nuevo depósito de agua. Esta circunstancia da pie, según Cultura, a que se puedan encontrar otros yacimientos similares en los alrededores de la zona de La Llabrea.

Las fuentes consultadas indicaron que se trata de un cementerio romano construido con piedra. Es un edificio de unos nueve metros cuadrados (tres de largo por tres de ancho), que contiene dos tumbas y enlucido en sus interiores. Además, el hallazgo de objetos construidos con materiales bastante preciados, como diferentes tipos de bronces y vidrios, hace pensar que los cadáveres hallados pertenecen a personas de cierta relevancia en la época. Aunque no se puede concretar exactamente la época de la que data este edificio, todo apunta a que pertenece a la época romana, pues se han hallado tejas de pizarra propias de las construcciones realizadas por los romanos durante el período en el que poblaron las tierras asturianas.

Precisamente la aparición de varias tejas de este tipo tras un argayo registrado durante las riadas del día 16 del pasado mes de junio fue lo que dio pie al inicio de los trabajos para desenterrar los vestigios que esta zona de Argandenes escondía bajo sus suelos. Fueron los operarios de las obras para la construcción de un nuevo depósito en San Román los que alertaron de la aparición de estos restos arqueológicos, y de inmediato el Ayuntamiento se puso en contacto con la Consejería de Cultura, a la cual compete el estudio y la conservación de este tipo de hallazgos.

Tras analizar el caso, la Consejería decidió realizar una excavación de urgencia, con el fin de conocer el origen y la importancia del hallazgo realizado en la zona. Fue entonces cuando encomendó dicha labor al arqueólogo Rogelio Estrada, de amplia experiencia en casos como el de Argandenes.

La excavación, con unos 2.500 euros de presupuesto hasta el momento, comenzó el pasado lunes día 29 de noviembre y, a priori, finalizará el próximo lunes día 13, cuando se cumpla el plazo de quince días establecido en el contrato entre la Administración regional y el arqueólogo que trabaja en la zona.

Además del propio Rogelio Estrada, en las labores de excavación participan también operarios del Ayuntamiento de Piloña y otros expertos del concejo, que aportan sus conocimientos sobre historia para el avance de las investigaciones con el objeto de conservar el mayor número posible de restos extraídos durante los trabajos y definir el yacimiento de la forma más exacta posible.